One Shot: Una Dulce Navidad para Ochako [Harem Ochako Uraraka]

Los Dos Benditos Puntos II [Kacchako]

Mientras Uraraka saltaba de emoción, Bakugo se quedó estupefacto al ver la enorme pista de baile, adornado con muchas lámparas y un grupo de música de salón, con varios instrumentos de vientos y cuerdas frotadas.

-¡Katsuki! ¿En serio me volverás a preguntar si quiero ser tu novia?- sin soltar la mano del rubio, Uraraka comentó.
-¿Qué te parece si te hago mi esposa? - con filosa sonrisa preguntó haciendo reír a la chica.
-Para eso, tendras que bailar mucho conmigo- tras darle un beso en su mejilla, respondió Uraraka.

Tomados de las manos, ambos entraron al lugar, y tomando asiento en una de las mesas, Bakugo pidió algo de vino.

-¿Cuantos años lleva que no bailamos? - acercándose al oido de Bakugo, Uraraka susurró.
- Bastante ¿Supongo? - encogiéndose de hombros, respondió Bakugo confirme a las expresiones de Uraraka.
- Antes de mi ¿habías bailado con alguien?
- ¿Contando a la bruja? No, eres la única con quién bailo.
-¿En serio quieres seguir mintiendo?- entrecerrando los ojos, Uraraka lo acusó.
- ¿Por qué tendría que hacerlo? - encongendose de hombros Bakugo respondió.
-Aun no puedo creer que solo hayas bailado conmigo y tu madre.
-Si lo dices por las malditas clases que tome de niño, si nunca tuve pareja de baile, es porque ninguna niña era suficientemente buena para mí.

- Tampoco soy experta bailarina...
- Ochako, aunque el tiempo me haya hecho "cambiar", yo no hago cosas que no me agradan, si no me gustará bailar contigo estoy seguro que no lo haría, además, la que es una diosa en la cama es una diosa en la pista - como si se tratara de un importante secreto, el chico susurró al odio de Ochako haciendola reír.
- Y es por eso que me amas - aunque estaba sonrojada por el comentario del chico, risueña respondió Uraraka dándole un beso en la mejilla.
-Con toda mi alma Ochako, te amo con toda mi alma- dándole un cálido beso en la frente de la castaña, respondió Bakugo haciendo sonrojar a Ochako.
- Y yo también te amo con toda mi alma Katsuki - besando los nudillos de la mano de Bakugo, respondió la chica.

Tras darle unos sorbos a su copa de vino, Bakugo se puso de pie y extendiendo su mano hacia la chica, entraron a la pista de baile, desplazándose entre la gente al ritmo de la música. Aunque ciertamente por órdenes de su madre, Bakugo habia tomado clases de baile, eso no era algo que al rubio le gustará presumir, lo peor de todo es que las parejas que le ponían en la clases eran tan lentas e incompetentes y como todas las niñas lo detestaban,al final de la clase terminaba bailando con su madre, pero ahora que Ochako era su pareja de baile, por primera vez disfrutó del entretenimiento.

Dudaba que algún quirk fuera capas de crear la dicha que sentía en ese momento, sus pasos eran ligeros como las plumas, las luces burbujeaban alrededor de ellos, elevándose al ritmo de los violines, y cómo toque final ella iluminaba el salón con su bella sonrisa, la bella sonrisa con la cual todas las noches soñaba, por esa sonrisa ¿Qué no haría él por quedarse con esa sonrisa? En ese momento descubrió que solo con ella alcanzaría el cielo y las estrellas.

-Sabes, jamás pensé decir esto, pero eres el mejor novio, el día de mi cumpleaños cumpliste la promesa, y me llevaste a las nubes - recargando su rostro en el pecho del rubio, respondió Ochako, acorrucandose en él.

Aunque Bakugo deseaba escuchar la historia de fondo, al ver que Ochako no hablo más, entendió que aquello sería resguardado para cuando regresara si es que el destino lo escogia a él. Tras varias piezas bailando, la gente a su alrededor comenzó a acercarse a ellos, al cabo de un rato, algunos se atrevieron a acercarse, al reconocer al héroe número 2 y a la heroína número 5 bailando juntos.

Cuando un pequeño grupo de niñas se acercó a Uraraka, Bakugo se apartó de ella, dejando que las niñas abordarán a su novia con preguntas, aunque aún ya era más afecto a la presencia de los niños, el rubio pensó en cuan hermosa mamá sería Ochako si tuvieran hijos, pero en ese momento de contemplación, el timbre de su teléfono lo despertó de su sueño de Ochako madre de sus hijos.