Los dos Benditos Puntos I [Kacchako]

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No cabía duda que, de los tres chicos, Bakugo Katsuki era el primero en afirmar que lo de las cartas del Hilo Rojo era una maldita mentira, incluso, podría jurar que la dichosa magia que el gordinflón había mencionado se trataba de una especie de quirk, muy similar al de la odiosa Camie, pero a pesar de sus convicciones, el chico estaba furioso consigo mismo, pues en el fondo, queria abrir la carta y experimentar por un día la felicidad de salir con Uraraka, aunque se tratará de una mentira.

Tirando la carta al cesto de la basura, Bakugo camino con pasó furioso a la ventana, y abriendo las cortinas, como era costumbre miro el cielo estrellado para relajarse, fuera de su gusto por el montañismo, la celestial imagen le recordaba aquella chica que con su valentía y coraje capturó su corazón.

Al igual que esos luceros, desde el primer día en que cruzó las puertas del salón, la castaña captó su atención; en principio creyó que aquello, se debía a la forma tan escandalosa con que le hablo a Deku y por la redondez de su cuerpo posicionada en los lugares perfectos, aunque no negaba que le parecía bonita, simplemente espero a ver de qué estaba hecha la "cara de ángel"; en cuanto lanzó una jodida pelota que marcó infinito, comprendió que dentro del curso la chica sería de cuidado, catalogando a la castaña en el grupo de pequeño obstáculo a vencer, pero nada de lo que imagino durante ese período lo preparo para el combate del primer Festival Deportivo, pues jamás en su vida creyó encontrarse con alguien linda y a la vez tan fuerte como ella, ni una pizca de miedo en sus ojos, todo en ella gritaba agallaz.

A pesar de su impresión, ante la gran cercanía que Uraraka tenía con Midoriya, por un año, Bakugo mantuvo sus sentimientos en línea, siendo muy cauteloso con ella y guardando distancia lo más lejos posible, pero todo su esfuerzo de ser espectador anónimo se fue al caño cuando en el segundo año, el maestro Aizawa se aferró a juntarlo con ella, y en menos de una semana, la chica logró derribar su muro, convirtiéndose en su amigo; y vaya que detestaba esa posición, porque tanto él como Midoriya fueron los que más soportaban las malditas y cursis anécdotas de Uraraka con su novio, y si eso, no era suficiente, con el paso de los días la castaña se volvía más fuerte, popular, encantadora y hermosa, ¿Cómo mierda era capaz de llevarlo a la estúpida tortura? 

Como si los cielos se hubieran puesto en su contra, entre las luces se formó el dulce rostro de Uraraka sonriendo, cabello castaño ondeando como las corrientes de un río, soñadores ojos pestañeando con encanto, suaves y carnosos labios apetecibles, mejillas rosadas los cuales la hacían ver jodidamente hermosa, no cabía duda, la amaba, la amaba con locura, y desgraciadamente era lo único por lo que no se le permitia luchar… o tal vez, solo tal vez.

Tras un pesado suspiro, Bakugo dirigido su mirada al fondo del cesto, observando atentamente el insignificante papel, quizás efecto de su imaginación, de las correas salió unos pequeños destellos dorados, los cuales, lo impulsaron a sacar la carta del bote. Por varios minutos Bakugo se mantuvo quieto, pensado en sí debía o no abrir la carta.

Ya tengo bastantes problemas como para agregar otro, pero, conociendo al nerd de Deku y al patético de Shoto, sin duda abrirán el sobre y si esto resulta ser cierto, me habrán ganado, aunqumierda...Ochako es todo menos un maldito trofeo, cielos ¿Por qué tuve que enamorarme? Mierda, ella es tan hermosa, como un ángel…

Mientras en su mente se cuestionaba si debía abrir o no el sobre, un dulce susurro comenzó a invadir la habitación, induciendo al chico a desenredar las correas de las cartas; conforme la hoja de fue abriendo, el polvo dorado se multiplicó, invadiendo lentamente la habitación, pronto, sus ojos se sintieron pesados y antes de reflexionar Bakugo cayó noqueado en su cama, entraron a un profundo sueño.

Atrapado por un turbulento remolino, Bakugo lucho contra el fenómeno, lanzando explosiones por todos lados, hasta que, entre la corriente escuchó varias frases que la castaña le había dicho a lo largo de la escuela:

One Shot: Una Dulce Navidad para Ochako [Harem Ochako Uraraka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora