One Shot: Una Dulce Navidad para Ochako [Harem Ochako Uraraka]

Un Dulce Té Verde I [Izuocha]

Aunque aparentemente los tres habían concordado en que las tarjetas eran una tontería, en cuanto cerró la puerta de su habitación, Midoriya se recargo en ella, observando con la poca luz que se filtraba de la luna la carta que el Santa Claus falso le había entregado.

Si bien, no era ingenuo, una parte de él estaba curioso por probar la carta, y es que a diferencia de Bakugo y Todoroki, su Quirk es un milagro andante; tras la obtención del OFA, su mente había tenido una revolución copernica, y estaba seguro que si uno deseaba con todo el corazón algo, podía alcanzarlo, y aunque sabía que era mucho pedir el amor de Ochako ¿Qué había de malo en soñar un futuro con ella?

Antes de abrir la carta, el peliverde se alistó para dormir, y sosteniendo el pequeño sobre, por un momento abrió la ventana para ver las estrellas. Con ojos soñadores, el peliverde vio en los astros la encantadora esencia de Ochako Uraraka,  y así como esos luceros, desde el primer día Uraraka fue hermosamente resplandeciente: la armoniosa forma en cómo su voz lo llama Deku, la mirada soñadora con que sus ojos chocolate lo observan cada que hace algo, lo asombrosa que es cuando salta para apoyarlo, combate a los villanos o ayuda a la gente ¿Cómo no enamorarse de ella?

Aparate de todas las virtudes, para Midoriya ella era la primera chica en todo: la primera que le hablo, la primera con quién bailo, la primera con quién peleó y la primera de quién se había enamorado…Tal vez el destino no lo escogería para tener un futuro con ella, pero a pesar de no agradarle al destino, no quería cruzarse de brazos y solo suponer que no saldrían bien las cosas, así que nuevamente entrando a su habitación, Midoriya se acostó en su cama, y antes de apagar la lámpara de su mesa de noche, abrió la tarjeta desenredando lentamente las correas rojas.

En cuanto los lazos rojos fueron quitados, las hojas se abrieron frente al chico y antes de que Midoriya pudiera ver el contenido de la tarjeta, un delicado polvo dorado brotó de sus hojas arremolinandose en el rostro del peliverde, tras esto, un pesado sueño lo noqueó, derrumbando al chico en la comodidad de su cama.

Tras cerrar sus ojos, su cuerpo fue atrapado por un enorme remolino de polvo dorado, el cual parecía conducirlo a un extraño destino, y mientras el chico era arrastrado por la grande masa, muchas frases que Uraraka le dijo a lo largo de su curso, se escucharon alrededor del espacio.

Deku-kun suena como la palabra japonesa  "Puedes hacerlo"...

Todos se enfrentan al Futuro y dan lo mejor, eso  significa que todos somos rivales ¿Verdad?...

Nos vemos en la final...

Se que tu puedes hacerlo...

Demos lo mejor de nosotros Deku-kun...

¿Estas bien Deku-kun?...

Todavía no soy tan fuerte...

Deku-kun, Deku-kun, Deku…

-Deku, despierta, es hora de levantarse - tras la aturdida escena, la voz de Ochako le hablo, escuchándose tan cercano a su oído.

Mientras el chico intentaba recuperarse del mareo, un cálido rostro se acercó a él, dándole pequeños y suaves besos en las mejillas y labios, la real sensación de los labios, sorprendió a Midoriya, sacándolo de su somnolencia.

-¿Uraraka-san? - con voz adormilada preguntó Deku.
-¿Uraraka? - la voz de la castaña se escuchó desconertada, haciendo que Midoriya abriera los ojos.

Al caer en cuenta de que aquello se sentía tan vivido, Midoriya se levantó mirando con asombro el bello rostro de Uraraka un poco más maduro.

-¿Te sucede algo? te vez sorprendido - desconertada por la reacción del peliverde, preguntó Ochako, acariciando el rostro de Midoriya con sumo cuidado.
- No puede ser, Uraraka ¿En serio eres tú? - ante el cariñoso gesto, Midoriya preguntó asombrado, sujetando con cuidado la mano de la castaña.
-¡Claro que sí Deku! Pero ¿Por qué me llamas así?...
- ¿Cómo que así?
- Bueno, tiene años que no me llamas por mi apellido - risueña respondió encogiendose de hombros.
- ¿En serio?
- Deku ¿Qué tienes? Pareces muy asustado ¿Te sientes enfermo?- ante el extraño comportamiento del chico, preocupada, preguntó Uraraka volviendo a poner su mano en la frente del peliverde.