Pasado (hace 4 meses )
Lauren PoV
Toda la mañana paso muy lenta, mucho para mí gusto, Camila se la paso ignorándome, sabía que estaba molesta por la forma en que la trate, pero no podía decirle que el único motivo, es mi enamoramiento obsesivo, eso creo, si fuese obsesivo no dejaría que hable con nadie pero si habla con todas. Joder que estoy pensando, estoy divagando.
Me encontraba caminando por el corredor. Llegando a la recepción del Hotel. Tenía que almorzar. Aunque ya eran más de las tres de la tarde debía hacerlo. Si no me llenarían de preguntas. Mi apetito no está de lo mejor desde el día que anunciaron lo que planeaban hacer con Camila. Una relación por contrato, que buena idea!. Que irónico.
Pensar en las pocas posibilidades que tenía. Que Camila en realidad este enamorada de mí, que le gustase aunque sea un poquito. Aunque el niñito de sonrisa de comercial, que es todo un don Juan. Quizás Camila no se declive a el o no caiga lo dudo mucho, Camz no siempre recibió la atención de los chicos por lo general, no lo digo en el mal sentido, o por ser una Perra pero la realidad es esa, aunque se debe de ser muy estúpido para no verla. Como lo que es, hermosa, sincera y perfecta. Un ser perfecto. Cuando la conocí tenía serios problemas con ella misma. Siempre decía que era fea y tenía un gran complejo de su cuerpo. Aunque para mi es totalmente perfecta desde el día en que la vi.
Llegue a mi objetivo. La recepción. Una mujer de aproximadamente treinta años y cabello rubio. Se encontraba en el mostrador. Con toda una sonrisa impecable.
"Bueno tardes. Quería saber sin aún quedan almuerzos. Para el pedido 215." Su mirada de la más vieja se posó en mí. Sonreí por inercia
"O si claro quedan. Señorita, pero debe ir a la cocina para pedir que le hagan un plato. Ya paso la hora de almuerzo y seguro ya está todo levantado. Solo dígale que pedido es y se lo harán." sonrió, todas las recepcionistas tendrán que sonreír así siempre?.
"Gracias"
Seguí mi camino a la cocina. Me sabía de memoria el camino a la cocina. Gracias a Dinah claro. Sus escapadas de media noche. Lo decían todo.
Perdida en mis pensamientos. En realidad un solo pensamiento Camila. Suspiré Si no hago algo ella seguirá enojada conmigo. Tengo que dar mi brazo a torcer. No importa mi maldito orgullo con tal de estar con ella o quizás estar con ella me conformo. Ya estaba segura de cual sería mi próximo paradero después del almuerzo.
Llegando a la cocina abrí la gran puerta blanca con diseños negros. Todo era tan limpió tan asombroso. Lo primero que divisé fue a una joven con un traje blanco un gorro del mismo color y lo que supongo un cucharón. Apuntando a su compañero de trabajo. No es un situación cómoda o en la que deba entrometerme.
Me pareció ver. A un hombre grande y gordo al final de la cocina. Debo admitir que la cocina es gigante.
"Buenas tardes señor" me dije en su gafete "Manuel. Quisiera pedir el 215. El pedido especial. "sonreí siempre debía hacerlo. Según Camila parezco una chica creída y callada. O como ella dice "Dark".
"Pospuesto señorita" sonrió amablemente "hace un momento hubo un pedido del mismo. Puede esperar afuera y tomar asiento. Se lo llevaremos en seguida"
"Gracias" musite
Salí dándole una última mirada a la joven del cucharón. Aunque ya no era cucharón. Tenía un cuchillo en la mano. Escalofriante. Pensé
Al salir no habían Muchas personas solo una pareja de personas mayores y una familia al extremo. Me senté a pocos pasos de la puerta. Supongo que así no tendría que esperar demasiado. Saque me celular. Tenía muchas notificaciones. Entre a los mensajes: