Sentimientos de un Mamut

Primer Final.

Implicaba muchas cosas:
Conocer el salado sabor de una lagrima, por ejemplo, era una de las tantas cosas, quizá insignificantes, de las que jamás me había puesto a cuestionar, pero ella era si: me permitía conocer cosas que jamás imaginaba.

Sentir el calor excesivo de mi habitación a la media tarde, combinado con mi cuerpo húmedo en sudor, era algo que tenía que aceptar, porque iba a pasar, tarde o temprano.

Implicaba pesadillas, y despierto también. Pero iba a tener que tallarme los hinchados ojos para poderlo ver.

Lo insípido de la comida, lo incoloro del día, lo inodoro de las flores, el agua derramada, el desastre sobre mi cama. La ropa sin lavar, las cartas arrugadas, los bocetos en la basura, las luces apagadas. La indiferencia a la naturaleza, la rutina que empieza, el sonido de los autos, las preguntas de todos y las respuestas de nadie.

Los recuerdos destruidos, las fotos colgadas, los lugares conocidos y los planes destruidos.

Mi resignación, la aceptación. Salir de nuevo y perder de nuevo.

Terminar nuestra relación implicaría muchas cosas para las que ni siquiera estaba preparado, pero ¿Quién prepara el final?

Sabía que tenía que sentarme en donde siempre, a esperar lo inevitable, lo que implicaba un final.

2014