Duro, robusto, difícil de manejar, enojado consigo mismo e incomprendido; me puedo relacionar perfectamente con un mamut. Uno de esos que pesaban toneladas y toneladas: mis ideas, hechos y la conciencia me pesan igual. Estoy solo igual. Camino a veces con un destino en mente, pero sin ningún rumbo fijo, probando suerte por cada uno de los atajos que decido probar para acortar el camino hacia el no sé qué.
Me extingo como él, y estoy seguro que seré igual de estudiado. Me protejo de lo que puedo, pero me meneo lento por miedo a lastimar a otros cuando lo hago; no me controlo, estoy fuera de mí. ¡Soy un mamut extinto y distinto! Tan seguro como que se interesarán en mi más cuando esté bajo tierra, y entonces verán mi interior con más firmeza.
Estoy postrado en las paredes, y se hacen cosas por y para mí: pero se dejan con el tiempo más para ser contempladas que entendidas, al fin. Me revuelvo, me busco y me pierdo haciéndolo. Me entiendo más por partes, como aquellos desaparecidos amigos gigantes.No soy uno o lo otro, no soy elefante ni mastodonte: soy un tonto y redundante mamut. Creo tener la fuerza, pero no la se aplicar. Aparento ser fuerte, pero no puedo amar. Refiero al hecho de poder desaparecer entre las capas y que nadie lo note, salvo un tigre hambriento que se irá conmigo. Ese tigre es la intención de los demás. Mientras yo no esté, ella tampoco estará. Y si yo muero, también morirá.
Resuelvo el enigma del tiempo, revierto las ideas hipotéticas, confirmo la destrucción del ambiente y pongo en tela de duda la evolución. Soy Cuvier, soy Johann. Soy yo y soy ellos. Quien se conoce y quien cree conocerme. Soy las letras y el sonido, pero el silencio revulsivo. Seguro que muchos descansaron cuando se fue el mamut, pero muchos se quedaron sin alimento. Nadie se va solo, retienen deseos que se los llevan como cordones a solapas, como tumbas a muertos.Soy un mamut, frío (congelado), esperando el final de un inicio imperdible. El actor de una obra que no sonríe. Mis sentimientos son con instinto asesino, reteniendos, incompletos fragmentos de espacio-tiempo. Nadie estuvo ahí, y nadie estará, quedará para la posteridad como algo que no terminará. Ricos, tristes, confusos y poéticos sentimientos. Temen ante la luz, como un fino descubrimiento. Remiendan la noche, el día y la era. Era de piel y ahora de tierra. Los sentimientos de un mamut ya no cuentan, ya no se contemplan, siquiera. Los sentimientos de un mamut son como los míos: extintos, desconocidos y solo suposiciones.
Soy, sin lugar a dudas, un mamut.
José Eduardo Gallardo Uribe (Jed GalBe), 2015.
ESTÁS LEYENDO
Sentimientos de un Mamut
PoesíaCuentos, poemas, historias, muertes, sucesos y transformaciones varias.