⸙ Capítulo #24: La presencia del Ancla.

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Taehyung soltó un fuerte gruñido mientras cerraba sus ojos con fuerza y negaba. Él no podía haber muerto, no su pareja. Jimin por su lado intentaba retener las lágrimas de solo pensar que incluso Yoongi había muerto.

—Vamos Jimin.—el mencionado levanto la mirada y observo a su amigo. Había algo diferente en él.

Sus ojos ya no presentaban ese característico color dorado brillante, ahora eran azules que solo daban a sentir frío alrededor. Sus colmillos eran más pronunciados y las garras en sus manos habían crecido increíblemente. Jimin sintió miedo de la imagen que veía en ese momento.

—Mataré a todos, encuentra a NamJoon y salgan de aquí.—hablo esa voz gruesa que le enviaba un escalofrío por toda su espina dorsal.—Vete ahora.

El pelirosa solo asintió mientras comenzaba a caminar fuera del lugar sin apartar la mirada de su amigo quien caminaba hacía el hombre en el suelo.

—¿Te sientes feliz? Haz matado a muchos inocentes.—Jin solo abrió sus ojos.

—¿Sabías que no me había desmayado? Vaya que eres todo un éxito, pero si. Estoy feliz, logre matar a JungKook y a la mayoría de esas personas que abusaron de mí.

—No tenías derecho a llevar a cabo esa clase de justicia.—el castaño tomo con fuerza la camisa del contrario mientras lo lanzaba lejos.—¿¡Te haz dado cuenta de lo que haz hecho!? ¿Dónde está él?

—¿Te refieres a mi hermano? Fue uno de los que murió. Lo volví también un licántropo.—y el primer golpe llego a la mejilla del de cabellos oscuros regresandole al suelo.—Y haz llegado a la fase dos. Ya eres toda una máquina de destrucción.

—¿A qué te refieres?

—La pérdida de tu ancla ha provocado ese cambio en tus ojos, es el sentimiento de culpa por no salvarle.—Taehyung giro su rostro hacía un pequeño cristal mientras observaba su reflejo en este y notaba el color de sus ojos ahora.—Ahora ese será tu tormento.

[...]

Jimin recorría de forma lenta todos los pasillos del viejo y tétrico almacén. Las paredes de metal oxidadas, los sonidos escalofriantes hacían que tuviera deseos de huir pero a pesar de eso se mantenía firme en su lugar hasta que encontro una inusual habitación. La puerta de esta estaba pintada y con hermosas decoraciones.

La abrio de forma lenta, casi con miedo de lo que pudiera encontrar, pero para su sorpresa termino callendo de espaldas al suelo al ver al que según él, era el oficial Kim. Vestido con un hermoso y elegante traje negro, atado a una silla mientras tenía numerosas dagas y cuters clavados en sus piernas.

—¿Nam...NamJoon? Dios mío.—las uñas del rubio se encontraban arrancadas al igual que las marcas moradas en su cuello.

El pelirosa llevó sus manos para verificar el pulso del mayor obteniendo como respuesta nada. Estaba muerto, era solo un cuerpo viviente que al Jimin tocar su cabeza esta cayo rodando hasta sus pies. Había sido decapitado como si nada y su cabeza regresada a su lugar.

El chico cubrió su boca en un intento de retener sus deseos de vomitar pero que termino siendo inútil, pues terminó de rodillas en el suelo mientras expulsaba todo luego de haber visto semejante escena. Giró su rostro al otro lado de la habitación donde se encontraba un pequeño estante, tomo su móvil para alumbrar este quedando inmediatamente petrificado.

—Esto...es asqueroso, no puedo...—un grito desgarrador salió inmediatamente de sus labios mientras negaba con fuerza.

❝Tʜᴇ Bᴇᴀᴜᴛʏ ᴀɴᴅ ᴛʜᴇ Bᴇᴀsᴛ❞ ↷ ᴛᵃᵉᴋᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora