Sunnie

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Encantada de conocer a sus padres adoptivos, Sunnie se despide de todos los del orfanato, sus nuevos padres la suben al auto y la llevan a su nuevo hogar. Los niños miran por las ventanas de los pisos de arriba y se les puede notar sus caras de sufrimiento en el lugar.

Sunnie mira todo paisaje y aún no creía que estaba lejos de aquel lugar que para ella fue tormentoso por no compartir su libertad.

Llega al que ahora es su hogar y los padres le dicen que tome sus cosas y las lleve a su nuevo cuarto. Sunnie al entrar al dormitorio, se llenó de alegría, no podía creerlo todavía. Un lugar para ella sola, donde ya los niños no la molestarían más.

En el vecindario conoce a dos chicos de aproximadamente 15 años, casi la edad que tiene Sunnie. Sunnie apenas era una niña de 12.

Pide permiso a sus padres y sale a conocerlos. Los chicos le enseñan todo lo que ellos saben hacer, entre tantas cosas juntos, la llevan a una casa abandonada y ella como le encanta las aventuras, se escapa con ellos. En el lugar, los chicos comienzan a tocarla, ella intenta detenerlos, pero al final uno d ellos le produce un golpe en la cabeza. Sunnie queda inconsciente hasta dos días después que la policía dio con su paradero.

Sus padres preocupados, y la policía llevándola a casa, decidieron dejarla acostada en cama.
-Sunnie, Sunnie!! Podía oír voces en su cabeza que la llamaban.
-te quedarás así para siempre? - Dejaras a los chicos vivir? Los niños son malos Sunnie. Tienes que hacer algo con ellos.

Sunnie despierta, va al baño, se mira al espejo y se queda viendo fijamente mientras en sus ojos sólo salen lágrimas, pero a su vez se asoma una sonrisa macabra.
Sunnie sale de casa, escondida de sus padres, una noche.
Con dolor y mucha amargura, visita a media noche el orfanato...
Los niños la reciben y le dicen: - no deberías estar aquí Sunnie, ya tienes padre y madre.
Sunnie sonríe, saca una tijera y comienza con mucho odio y entre risas alocadas, a clavarlas por todo el cuerpo de los chicos, no sabia lo que hacía, sólo golpeaba y mataba a todo niño que había en el lugar. Las niñas corrían horrorizadas, Sunnie odiaba a los chicos por culpa de dos individuos que le hicieron muchas maldades en aquella casa abandonada. Las encargadas de aquel orfanato llegaron y lograron quitarle la tijera, ya los niños estaban muertos y las niñas asustadas todas hacia los rincones.

La policía llega y observa aquel desastre, el piso horriblemente ensangrentado.

Se llevan a la chica y sus padres tristes y confundidos, nunca supieron por qué Sunnie habría reaccionado de esa manera.

Sunnie y sus padres no volvieron a tener contacto. La chica quedó recluida en un hospital psiquiátrico; todos los días mencionaba matar a todo varón que se cruce en su camino.

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