El Monumento

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Cuenta la historia de una chica solitaria en un salón de clases, donde todas sus compañeras se burlaban. Su nombre era Flor. Ella salía al patio de la escuela todos los días y nadie la trataba, excepto un chico que siempre estuvo enamorado de ella. Se le acercaba a diario y era el único que hablaba y la hacía reír. Ya en algún tiempo, se dedicaban a charlar bajo una estatua de un héroe (cuya espada mató a muchos enemigos). Este monumento tenía siglos en medio del patio del colegio... Un día ella sentada esperando al chico bajo la estatua, siente que alguien por atrás le tapa los ojos con sus manos,eran ásperas, muy duras y cuando la chica voltea, no había más que un viento fuerte y un lugar desolado. Todos los estudiantes se veían caminar a los lejos y de forma muy lenta. Ella extrañada, mira a su alrededor y se da cuenta que la estatua hace movimientos en sus ojos; ella aterrada, cae al suelo y observa como la estatua comienza a despegarse del lugar. - no temas. Dijo. - soy Josua, un espíritu protector que vino a hacer justicia en la escuela... He visto durante largo tiempo como te han humillado esas chicas y no puedo tolerar tanta maldad. Flor toda nerviosa le pregunta medio tartamuda: - que pi pi ensas hacer? - lo que tu corazón ha querido toda la vida... Dijo la estatua.

Tomó de la mano al chico y muy rápido lo sacó del lugar y a ella también. Se observó un fuerte viento, pero muy fuerte que hizo que el colegio y todos sus árboles se derribaran. Ellos al observar lo que sucedía, el no comprendía y ella sólo explicó lo que sabía. Corrieron lejos del lugar y en ese entonces iba pasando la policía, miran lo asustados que estaban y les explican lo ocurrido. Los policías montan a los chicos a la patrulla y los llevan al lugar. Sólo se veía gente muerta por todos lados, entre las ventanas del colegio, el suelo manchado de sangre, era una total carnicería. Cuando los policías notaron todo, se dieron cuenta que todo era real del cuento de los chicos, excepto algo: nunca hubo derrumbe ni soplos de vientos ni movimientos de estatuas. Sólo una cosa faltaba, la espada de aquel monumento... Los policías arrestaron a Flor y al chico, pues en sus ropas yacían rastros de sangre y la espada clavada en el pecho de la última persona en morir, la directora del plantel.
Está horrible historia sucedió en un condado estadounidense. Los chicos hoy viven traumas psicológicos en un centro de psiquiatría.

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