10 de Mayo 1980

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-Felicidades, fue una niña. En un momento podrá conocerla.

Leonardo mira a la enfermera y se frota las manos nervioso y contento a la vez. Espera con ansias.

La enfermera se mete de nuevo a aquella habitación blanca con olor a desinfectante e impecable, esa; en la que muchas veces se ha bañado y vestido por primera vez en su vida a cada bebé que el destino ha hecho nacer acá, en un país tercermundista con clase media-baja predominante. Continuará su trabajo como tantas veces lo ha hecho antes. Ella lo disfruta, cuida a los bebés en sus primeros instantes de vida, a veces días, tres o cuatro como mucho; luego de ahí no los ve más, pero le gusta imaginar que tendrán una vida feliz, que tendrán unos padres buenos y amorosos y un cálido hogar.

¿Qué se sentirá ser padre por primera vez? depende tanto de cada pequeño factor que determina la situación del hombre que acaba de comenzar una gran e importantísima etapa que durará aproximadamente: el resto de su vida. Podrías estar siendo el hombre más feliz de la tierra en ese momento, o el más desdichado sintiendo que unos pequeños piecitos han pisoteado tu futuro; como en este caso.

Los prematuros padres de la niña eran un matrimonio joven: Julieta Morones y Leonardo Gil, de 18 y 22 años de edad. Ambos con carrera trunca pero muy diferentes sueños.

Una nueva vida comenzaba para ellos...

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Julieta era la primera hija mujer de siete hermanos, y un hermanastro. De ellos sólo tres eran mujeres y ella fue la mayor. Su infancia se dio en tiempos no muy fáciles para las mujeres; estereotipos muy marcados donde, a pesar de que los ideales habían cambiando e iban haciéndolo poco a poco, seguía siendo la cocina el único territorio del que la mujer sería dueña y más valía que fuera buena; podría estudiar pero mejor idea era casarse con un joven de buena familia y con una carrera prometedora, una vez casada sus únicos pasatiempos podrían ser barrer, cocer y criar tantos hijos como el esposo quisiera (no cuantos pudiera mantener, he ahí el por qué de la situación económica de su familia).

Eran muy pobres, su madre quedó viuda pasados los quince años de matrimonio, Julieta era aun muy pequeña y aun así tuvo que hacerse cargo de las tareas de la casa mientras su madre luchaba por sacar adelante a la gran familia; porque, si bien no era la mayor de los hermanos era la mayor de las niñas de la familia y la ideología de entonces ya le había marcado ese destino.

Su madre había sido una mujer ausente en casa, por diversión; tenía un carácter dominante que usaba para darse una libertad gigantesca a comparación de los estereotipos que se tenían, y continuaría siéndolo pero ahora con un motivo diferente, con el aumento de responsabilidades que implicó la ausencia de su esposo se iba apagando la alegría que llevaba dentro y miraba cada vez con más recelo a sus hijos.

Cambiando muñecas por pañales fue creciendo aquella niña, que a como le iban permitiendo sus pequeñas manitas supo sacar adelante a sus hermanos, formándose en ella una mente con ideas tan contrarias: Quería a sus hermanos, pero a la vez aborrecía que le hayan "quitado" su infancia. Nació en ella una ansia de salir de casa lo antes posible, lo que la llevo a luchar con uñas y dientes por sus ambiciones.

En cuanto a sus estudios, debido al estilo de vida que se vio obligada a vivir, sólo concluyó la primaria. Pero he aquí un claro ejemplo de que cuando se quiere se puede: en ella había un gran potencial y una personalidad tan alegre que persuadía a cualquiera, lo cual hizo que sedesarrollara en las ventas. De joven vendía productos hechos en casa para solventar su día a día y no depender de su madre a la cual ya casi no veían. Su carisma y habilidad la llevaron a ir creciendo en las ventas llegando a ser gerente de ventas de una empresa nacional...¡Y sin siquiera haber pisado la universidad! No pretendo desacreditar los estudios profesionales, sólo resaltar cuán asombroso fue su logro. Esfuerzo y dedicación la llevaron a darse una vida mejor pero claro que tomó tiempo...vamos más despacio: Obvio esto no fue de la noche a la mañana, ella ya no era una niña cuando llegó a ese puesto.

Y en el lapso pasaron muchas cosas:

La situación en su casa era pésima, una familia lo más disfuncional posible pero aun le quedaba el amor de sus hermanos.

Conoció al amor de su vida, que por cierto, estaba formándose como contador. Fue una bonita historia pero, sucedió algo inesperado (bastante predecible, ¿a quién quiero engañar? jaja): no hubo un final feliz para ellos. De acuerdo a los planes de su príncipe azul, ella tendría que aguantar unos años más la mala situación en la que vivía y estaba dispuesta porque "el amor todo lo puede"...o casi todo. Pasó el tiempo lentamente, como suele pasar para quienes esperan por aquello que anhelan; y harta de esperar, con su vacío emocional, comenzó a buscar amor en alguien más, a quién veía más seguido rondar por su casa, Leonardo, un apuesto y agraciado chico que si bien no había terminado los estudios, se desempeñaba muy bien en el trabajo que el padre de Julieta le había dado antes de morir. Se iba enamorando de él y a su vez comenzaba a verlo como una salída...se casarían y vivirían felices para siempre ¡ah, el amorrrr!

El amor ¿Realmente estaba ahí? Pienso que se había enamorado de la idea de libertad que asociaba con él, no de él. Se casarían y él la sacaría cuanto antes, no había que esperar. Después de unos meses de haber pasado una noche juntos, de las que te hacen olvidar el estrés de la cotidianeidad y te centran en el presente, sin el mínimo atisbo de preocupación por el futuro; se dio cuenta de que estaba embarazada.

La noticia no le cayó nada bien a su mamá, firmando así la sentencia de ser la Oveja negra de la familia. Su madre odiaba la idea de que haya cambiado un buen futuro con aquél contador por un desliz, pero ni modo, ahora tenía que casarse antes de que se le notara el embarazo y así aparentar que todo iba de acuerdo a lo establecido por la sociedad de entonces con los ideales católicos más arraigados que su propio cuero cabelludo a su cabeza.

Paso la boda, y perduraron el resentimiento y la duda de ¿cómo será la vida ahora?

Y es que en esos tiempos el bebé que recién despertaba a la vida no llegaba en el mejor momento para la joven familia.

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