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La hora del almuerzo termino, Chae y yo nos levantamos con nuestras bandejas, ahora con vacía.

—¿Vives muy lejos? — le pregunté una vez que íbamos por el pasillo, hacia nuestros respectivos salones.

—Vivo en el centro de Seoul, tengo que tomar dos autobúses, es algo pesado...pero ya me acostumbré — levantó los hombros, restandole importancia.

—¿Trabajas?

—Sí, saliendo de la escuela, empieza mi turno de mesera en una cafetería, ¿Y tú? — pregunto dandome una mirada rápida.

—No, mis padres trabajan en una empresa en Tailandia, así que ellos me mandan dinero, ellos fueron quien me compraron la casa donde ahora vivo...está, algo grande y no me gusta vivir sola.

—Debe ser espantoso vivir en una casa que está más grande que la persona que la habita — hizo como si le hubiera dado escalofríos por todo el cuerpo.

—¿Porqué? — abrí mi casillero y saqué mi libro de Química.

—Los fantasmas.

Dejé de hacer movimientos por un momento, pero después continúe como si nada. La miré y le sonreí.

—Son cuentos...nos vemos a la salida, ¿Te parece? — ella asíntio.

—Adiós — se despidió y desapacio por el otro pasillo.

Solté un suspiro, recargue mi cabeza en los casilleros y cerré un momento los ojos.

—Culpable... — abrí los ojos rápidamente, ese susurro lo habían dicho cerca de mi oreja, por lo cual me hizo asustarme y entrar en pánico.

Miré a todos lados, ya no había ningún estudiante merodeando por el pasillo. Fruncí el ceño cuando ví algo sobresalir de la esquina del pasillo.

Aferre el libro de Química a mi pecho y con pasos torpes y lentos, me empecé a acercar a aquello que sobresalía.

Antes de que llegara, una persona completamente bañada de sangre empezaba a arrastrarse por el suelo; hacia mí. Mis ojos se abrieron de sorpresa, mis piernas parecían dormidas en ese momento, mi libro de Química cayó al suelo, haciendo un ruido sordo por todo el pasillo.

Esa cosa llena de sangre, empezó a arrastrarse más rápido, yo empecé a retroceder rápidamente, mi pie se torció un poco y caí de trasero al piso, aún en esa posición empecé a retroceder.

Me giré y empecé a gatear rápidamente, mis ojos estaban llenos de lágrimas, mi respiración estaba agitada.

—¡Ayuda! — grité con la voz rota. —¡Por favor, ayuda! — sentí como mi pie era agarrado con mucha fuerza, me jaló hacia atrás, yo solté un grito agudo.

Me trate de agarrar de la esquina de los casilleros, la cosa me tenía agarrada de mi tobillo, y ahí mismo, su tacto empezó a quemarme... ardía.

—¡Ahhh! — grité, patalee para que su mano soltara mi tobillo, pero era inútil.

—Culpable — esa voz hizo eco por todo el pasillo.

De pronto, escuché como unos pasos apresurados se acercaban hasta donde estaba.

Un grito desgarrador salió de mi garganta al sentir el agarre de aquella cosa sobre mi tobillo, arder más y doler como el demonio.

De pronto, el agarre y el ser jalada por el piso desapareció cuando ví a él a mi vista. Él corrió hasta mí y me miró.

—¿Qué tienes? ¿Qué sucede? — me ayudó a levantarme, pero no podía poner mi pie en el suelo, dolía y a la vez ardía demasiado. —¿Te lastimaste?

—S-Sí... — él me ayudó a sentarme cerca de los casilleros, quitó mi zapato y bajo mi calseta, me quedé sorprendida de lo que había en mi tobillo y pie.

 — él me ayudó a sentarme cerca de los casilleros, quitó mi zapato y bajo mi calseta, me quedé sorprendida de lo que había en mi tobillo y pie

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Él miró asustado mi pie, y después a mi.

—¿Cómo te paso esto? — sólo me quedé mirándolo y después miré al piso. —¿¡Cómo!? — me asusté por su grito.

—Me resbale y caí — conteste sin verlo.

—Esto no es de una caída...¿Cómo te paso esto? — volvió a insistir.

—Me quiero ir de aquí...por favor — lo miré.

—Bien — soltó un suspiro.

Me ayudó a levantarme, tomé mi calseta y mi zapato, me ayudó a caminar hasta la enfermería.

—¿Cómo te paso esto? — pregunto la enfermera de la escuela, aquel chico aún seguía aquí.

—Me caí — conteste sin mucho pensar.

—Ya veo...primer día, ¿Cierto? — preguntó mientras anotaba algo en una hoja.

—S-Sí...soy la de intercambio — dije.

—Bien...te recomiendo que uses esté medicamento para la inchason, es extraño ya que no está fracturado, ni siquiera te duele para moverlo, pero te duele si te toco... — miró nerviosamente hacia otro lado cuando me mira. —De acuerdo... — dice sin estar muy segura de lo que le dije. —Joven Jeon, ¿Podría llevarla a su casa? Tengo un pase de salida para ambos — él asintió, la enfermera me dió una receta y mi pase de salida, al igual que a JungKook.

La enfermera salió y me sentí completamente incómoda.

—¿Cómo te sucedió eso? — lo miré.

—¿Porqué debería de importarte? — me puse a la defensiva.

—Sólo no quiero que la enfermera piense que yo te hice daño — informo.

—De acuerdo... entonces me iré por mi cuenta, no quiero tener nada que ver conmigo — me bajé de la camilla dónde estaba sentada, pero al momento de que mi pie hizo contacto con el suelo, no pude soportar mi peso y caí.

—Y así quieres valerte por ti misma... vaya — lo miré enojada.

Tomé valor de no sé dónde, me ayude a levantarme con la camilla, una vez de pie, caminé lentamente hacia la puerta, pero unos brazos me levantaron por el aire. Me estaba cargando al estilo nupcial.

Mis ojos se encontraron con los suyos, una calma y paz llegó a mi, al estar en sus brazos.

—LaOmmaChida💜✨

Forever and always. [🥀 LizKook 🥀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora