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- entones iremos donde las rubias por un poco de cocaina y luego lo que dios quiera.

Hablaba Mario con Alfie mientras que yo y harry estábamos sentados, callados y con una gaseosa en la mano.

- alfie me dijo que ayer entraste a clases muy extraño... ¿sucedió algo cuando te llamó el profesor?

Harry me preguntó .Me quede en blanco. No quería contarle, me avergonzaba ya que no hice nada para detenerlo, solo me mantuve callado y con ganas de llorar. Negué y pegué otro trago. Harry asintió no muy convencido.

- me están escuchando? - Dijo Mario algo enfadado - al fin encuentro algo de calidad y ustedes están metidos en otros asuntos!

- perdón - hablé con tono sarcástico - no sabía que la cocaina era de calidad... mucho menos que la que tú te consigues lo puede llegar a ser.

Alfie comenzó a reír y la trigueña piel de Mario se tornó en roja. Yo solo tiré la lata de gaseosa por algún lugar y saqué un cigarrillo. Cuando me lo llevé a la boca y lo prendí vi a lo lejos a Joshua. Llevaba esos mismos lentes y libro en mano. Entró a una tienda de empeño.

Un impulso por ir hacia el me invadió, me daba mucha curiosidad. Arregle mi chaqueta negra y me fui hacia tal tienda. Mis amigos solo me gritaban para que regresara pero les hice oído sordo. Quería saber que era de esa vida tan misteriosa y desconocida para mi. Es divertido conocer a gente nueva, y Joshua tiene algo que me hacer querer saber más de el. No se si es por sus extraños y extravagantes rasgos asiáticos o esa forma de ser en donde se llega a preocupar hasta por un desconocido como yo.

Entré a la tienda casual, aunque con el cigarrillo en mi boca mordiéndolo. Es la ansiedad. Vi que Joshua estaba atrás del mostrador y su vista estaba pegada a ese libro.

- hola.

Salude intentando sonar poco interesado, mientras miraba los objetos.

- hola, que busca?

Dijo cordial mientras seguía con su vista en ese libro.

- no lo sé, solo estoy viendo.

Me acerqué más y accidentalmente le tiré todo el humo.

- lo siento pero no se puede fumar aquí.- Joshua al fin subió su mirada y cuando me vio su semblante serio se formó en una mueca con media sonrisa. - hola...

- Tyler. - le dije al recordar que nunca me presenté ante el - ¿así que trabajas aquí?

- si... solo medio turno.

- genial. - me di media vuelta mirando todo el lugar. Me quede mirando una pintura que se veía muy antigua - es hermosa...

Joshua se paró de donde estaba y fue hacia mi. Al estar a mi lado asintió.

- es una reliquia familiar...

Yo lo miré de reojo, pude notar que en su pómulo había un color algo rojizo y en su cuello marcas extrañas. Me sentí mal por alguna razón, ya que esas marcas podían interpretarse de cualquier cosa.

- y tú... ¿trabajas aquí todos los días?

Pregunté casual.

- si... bueno, en las noches tengo otro trabajo... ya sabes, debes apoyar lo más posible a la familia.

Asentí, aunque poco sabía yo de eso. Joshua se veía mucho más alto que yo, pero también mucho más delicado. Delgado, pálido y tranquilo. Mi mente volvió a la tierra al acordarme de mis amigos.

- Bueno, un gusto verte por aquí... ya me debo ir - Tomé rumbo a la puerta. - me gustó esta tienda, cuando tenga dinero compraré algo.

- claro - me sonrió achinando sus ojos - que tengas buen día.

- Gracias.

Salí con una sonrisa. Al estar afuera unas cuantas cuadras más lejos me di cuenta del ridiculo que hice. ¿Ir hacia donde está un chico? ¿Ser cordial? ¿Intentar impresionar con un estupido cigarrillo? Parecía un niño pequeño queriendo atención. Alfie al verme algo derrotado solo comenzó a reír.

- no me digas que fuiste en busca de alguna mujer... Tyler, todos sabemos que no tienes encanto con las chicas.

- sip - ahora habló Mario - las mujeres se espantan con tus gustos y tus técnicas de seducción.

- ugh, no es mi culpa que yo quiera conocer a las chicas, no solo llegar y acostarme con ellas.- Estaba enojado, muy enojado. - en donde es la casa de las rubias? No me aguantare hasta en la noche.

Harry solo puso una mueca preocupada. Al ser el menor era el más consciente de todo lo que hacíamos y como nos afectaba, la verdad es que debería ser al revés pero Harry solo piensa más maduramente. Me tranquilase y miré a harry triste, se veía preocupado.... no quería arrastrarlo a la cocaina o a las sales.

- antes de ir donde las rubias iremos a dejar a harry a su casa... su padre debe estar preocupado.

- y querrá matarlo.

Dijo alfie mientras reía. Yo solo fruncí mi ceño. Harry era muy delicado, tanto que cualquier apretón fuerte o algo se marcaba automáticamente en su blanca piel, dejándola morada, roja o hasta algunas veces azul o verde.

- n-no es necesario, puedo ir solo... no quiero meterlos en problemas.

- meternos en problemas? - dije enojado - ¡nosotros te metimos en problemas primero! Así que nos dejarás ayudarte.

[...]

Estábamos frente a la casa de Harry, una pequeña casa al final de unos departamentos de mala muerte. Golpeamos la puerta y nos abrió un hombre alto, algo gordo y de ojos marrón. Al ver a Harry solo lo tomó del cabello y lo arrastró hacia la casa insultándolo más de una manera posible. Yo y los chicos solo nos quedamos en blanco. Rápidamente tomé mi compostura.

- h-hola... soy Tyler Joseph, amigo de Harry... vengo para explicarle porque Harry no volvió la noche pasada.

El hombre me miró y tiro a Harry hacia adentro de la casa con fuerza. Escuche un cuerpo caer al suelo, de seguro se estrelló contra algo ya que escuche algunas cosas caer.

- ¿que me explicaras? - dijo con una cara de loco - ¿que este mocoso estaba fumando por ahí o drogandose?

- n-no - dije nervioso - el... solo se quedó en mi casa haciendo un proyecto... no se debe preocupar señor, nosotros somos responsables y no dejamos que él ingiera sustancias.

Me sentí asqueroso mintiendo de esa forma, pero era eso o ver como mataban a mi amigo con algún fierro. El hombre asintió poco convencido.

- tú - apuntó a Harry - ¡a tu cuarto ahora!

Escuchamos los pasos de Harry correr por el pasillo y luego una puerta ser azotada. La casa era pequeña por lo que todo se lograba escuchar.

- Gracias por escucharnos señor.

Dije por último ya que el hombre cerró la puerta en mi cara. Me rasqué la nuca nervioso. No quería ver a Harry con moretones o heridas en el cuerpo.

- ya déjalo - dijo alfie - no podemos hacer nada más, solo vayamos donde las rubias y luego que la noche dure.

Yo solo asentí y salimos de ese barrio mucho más peligroso que el de nosotros.

[...]

Las rubias nos dieron la cocaina en bolsas pequeñas. Yo tomé la mía y se la pagué. Salimos de allí luego de unas cuantas horas, ya que alfie y Mario querían pasar tiempo con esas mujeres. Nos fuimos a un callejón sin salida. Hasta el final. Sacamos un cuaderno de escuela ( aún seguíamos con las mochilas ) y con una tarjeta de membresía comenzamos a hacer las líneas. Saqué un dólar de mi billetera y lo enrollé.

Mi nariz ardió. Hice una mueca

Estuvimos una hora ingiriendo, riendo y demás. Estaba flotando, no podía mantenerme quieto. Mis pupilas estaban dilatadas y mis manos temblorosas. Una sensación muy extraña.

- qué tal si vamos a buscar algunas mujeres? Hay un bar cerca de aquí.

Propuso alfie, haciendo que Mario asintiera con una sonora risa. Yo me quede en blanco...

yo no quería pasar la noche con mujeres...

MOM! ; Joshler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora