El príncipe y el sirviente Uno x Jyugo (nanbaka 1115 AU)

Inicio de la noche Cap. 3

Había algo que faltaba...

El príncipe Jyugo.

—Disculpe, ¿ha visto a mi hijo?

—No majestad, lo siento. -Respondió una mucama-

—¿Ha visto a mi hijo? -La reina buscaba al jóven príncipe sin tener resultados-

—Me temo que no majestad.

—Muchas gracias...

Faltaba poco para el comienzo del baile y el príncipe no aparecía, hasta que a la reina se le ocurrió buscarlo en su habitación.
Al llegar, lo único que hizo fue tratar de abrir la puerta, pero fué en vano ya que ésta tenía llave puesta.

—Hijo, ábreme por favor. Ya casi es el baile y debem -Su hijo la interrumpió-

—Me rehúso a estar en ese estúpido baile. -Gritó molesto-

—No me grites así, entiende que esto es para el bien de todos.

—No mamá, no lo es y por favor ya vete, te dije que no pienso bajar.

~•~

—Sonrié cariño, el traje se te ve mejor si sonríes. -Su madre ganó ésta vez, sacándolo de su habitación casi arrastrándolo por el suelo del pasillo; ahora se encontraban vistiendo al príncipe con la ropa que ya estaba planeada para el jóven-

—Voy a sonreír cuando no me obliguen a casarme con alguien que no amo. -Soltó en seco con el ceño un poco fruncido-

—Ah... -Su madre suspiró terminando de acomodar su traje-

—Solo se amable hijo, por favor.

—Si, madre... -Dijo con un suspiro triste-

El Joven Jyugo definitivamente no se sentía bien, estaba triste y molesto, pero no le queda nada más que obedecer...
Mientras tanto en el reino 3, tenían sus propios problemas que resolver.

~Reino 3~

—Ma... Majestad, por piedad, intente contener más la respiración.

—¡¿Todavía no me cierra?! -La reina estaba furiosa porque...-

—No, no le cierra majestad. -El vestido no le cerraba-

— ¡Por dios! Vamos, ¿qué haces ahí parada? ¡¡Llama a alguien más que te ayude!! ¡Esto me va a cerrar, a como dé lugar!

—Si majestad, voy enseguida. -La pobre mucama salió corriendo por los pasillos para buscar a alguna otra de sus compañeras que la ayudara a poder cerrar ese vestido-

Llegó la otra mucama, ya eran dos, tal vez así podían cerrar el vestido.

—No cierra alteza.

—¡¡Llama a alguien más!!

Nop, aún no cerraba.

Llegó mucama tras mucama, todas tratando de cerrar ese precioso y carísimo vestido, que no quería cerrar. Todas jalaban de esos hilos que salían del corset tratando de ajustar el vestido de la, "reina" Kiji pero los resultados eran los mismos, el vestido no cerraba.

Tres, cuatro, seis, !ocho mucamas! Y aún no podían cerrar nada.

Terminaron llamando al Rey para que la fuerza de un hombre les ayudara.