Atsushi caminaba con dirección al departamento de su superior con un paquete fuertemente protegido entre sus brazos. Estaba nervioso al punto de que sus manos sudaban a mares y sus piernas temblaban como gelatina. Aun así, no se echaría para atrás de nuevo, esta vez si se lo entregaría. Que es lo que tenía tan alterado al peligris nada más que el hecho de que iba a entregarle un obsequio a su superior. Debió hacerlo la noche anterior durante el intercambio de presentes que la agencia había organizado por la navidad. pero a último minuto se arrepintió. Y no es que a último minuto decidió no participar, todo lo contrario de hecho había recibo más que feliz los ejemplares literarios de parte del presidente, aunque la mirada llena de celos de Rampo lo había puesto muy inquieto y solo logro calmarlo cuando le dio su presente (dos cajas llenas de todas las golosinas que más le gustaban al detective), incluso le había regalado a Kyouka unos bonitos broches para el pelo, aunque ella no era su amiga en el intercambio, pero cuando llego el momento de cederle el paquete al castaño, sintió una gran vergüenza de hacerlo frente a todos y finalmente lo volvió a guardar. Si bien todos en la agencia sabían de los sentimientos y relación que tenían (llevaban ya un año como novios) aún se apenaba de entregar muestras de afecto en público, muy diferente a su pareja que no perdía oportunidad de abrazarlo o robarle un beso.Pero esta vez no se echaría para atrás. No iba a desperdiciar su esfuerzo. Por lo que esa mañana se levantó bien temprano se aseo y salió en busca del mayor. Continúo avanzando hasta que lo vio transitar por una de las calles, llevaba un pequeño ramo de flores por lo que el menor se hizo una idea de hacia donde se dirigía. Poco le tomo alcanzarlo y como si el ex mafioso supiese que se le acercaba se dio vuelta y le regalo una amplia sonrisa
-Buenos días Atsushi kun, por lo visto hoy decidiste madrugar-
-Igual que tu Dazai san- un breve gesto de molestia cruzo el rostro del suicida pues aun no lograba que el tigre lo llamara por su nombre.
- ¿Te gustaría acompañarme? solo voy a dejar esto a Oda, luego podemos ir a desayunar-
- ¿Está bien que te acompañe? -
-Me encantaría que me acompañes, como dije solo voy a dejar esto y después iba a ir a buscarte, me ahorraste el viaje-
- ¿A mí? ¿es que necesitas algo? -
- ¿No puedo simplemente querer verte? - y fingió molestarse hasta que escucho reír al menor- está bien si hay algo que no pude decirte anoche, por eso iba a buscarte. -
-yo también estaba yendo a tu departamento, así que vamos a visitar a Oda san y luego a comer. El trayecto hasta la tumba no fue excesivamente largo y tampoco se mantuvieron mucho allí, solo el tiempo suficiente para acomodar las flores y que el peligris le dedicara una breve oración.
Para media mañana ya estaba bien acomodados en una cafetería disfrutando de humeantes tazas de café y algunas galletas para el mayor mientras el tigre degustaba una buena porción de pastel. Hasta ese momento solo habían hablado de la fiesta de la noche anterior y algunas situaciones entre cómicas y bochornosas que el mismo castaño había creado. Durante todo ese tiempo Atsushi no había apartado sus manos de un paquete cuidadosamente envuelto y eso lo tenía muy intrigado al ex mafioso, tanta curiosidad le generaba que no pudo aguantar mucho más sin preguntar que era. Apenas pronuncio la pregunta las mejillas y hasta las orejas del peliplata se habían sonrojado. Vio también como respiraba profundo tratando de calmarse y luego le explico
-Bueno esto es algo que no pude entregar ayer. Aunque no me correspondía quise darte un presente, pero no me anime a hacerlo delante de todos. Espero que sea de tu agrado- y mientras extendía sus brazos hacia el mayor agachaba la cabeza tratando de ocultar un poco su rostro enrojecido.
Dazai tomo el regalo y con una gran sonrisa desarmo el envoltorio descubriendo una larga y bien abrigada bufanda y por lo que podía ver había sido hecha a mano estaba encantado y con mayor entusiamo introdujo la mano en el bolsillo de su gabardina extrayendo una pequeña bolsa.
-Yo también quería darte algo anoche, pero pensé que no era buena idea hacerlo frente a todos por si no te parecía la idea.
Llevamos ya un año como pareja y la verdad es que no me gusta separarme de ti así que pensé que tal vez aceptarías la idea de vivir juntos-y mientras hablaba tomo la mano del peligris y deposito en ella el contenido de la bolsita, una llave. Era la llave de la vivienda del castaño. Atsushi quedo sorprendido al punto de no poder hablar. El silencio del menor duro tanto que Dazai estaba por volver a guardar la llave o eso había intentado pero el menor se le adelanto cerrando rapidamente sus dedos alrededor de la pieza de metal .
-Lo lamento, pero ya hiciste la propuesta, no se vale retractarse- el suicida estaba feliz, pero quería que el menor lo dijera directamente.
-Entonces ¿aceptas? - volvió a ver como el peliplata inhalaba profundamente y luego de forma lenta soltaba el aire.
-Si Osamu me iré a vivir contigo, - Dazai solo atino dejar dinero en la mesa levantarse tomar del brazo al tigre y sacarlo casi a rastras de la cafetería no podía creer no solo que aceptara también lo había llamado por su nombre eso era premio doble y cabía en sí la alegría-
-Espera ¿ahora adónde vamos? -
-Pues es obvio que a preparar tus cosas y empezar a pasarlas a mi departamento.
Atsushi simplemente le siguió el paso. Después de todo no era mala idea iniciar el año en su nuevo hogar
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DazAtsu Christmas
FanfictionCinco relatos autoconclusivos relacionados a la navidad y fin de año