꒰ O4 ꒱

655 70 11
                                    

[En algún lugar; 05:12
3 de enero]

La boca de Chan estaba completamente seca. No le quedaba agua y su estómago rugía como una fiera. Llevaba demasiado tiempo ahí encadenado, no sabía cuánto exactamente, se estaba volviendo loco.

Trató de forzar su muñeca para que pasara a través de las esposas, pero nada. Lo volvió a intentar, una y otra vez, hasta que su mano estaba tan roja que dolía. Una última vez.

Un crujido.

Su mano pasó a través del aro de metal. Estaba totalmente seguro de que se había roto algo, pero le daba igual. Sus ojos se aguaron por un momento.

Se levantó rápido y en silencio de la silla y se acercó a la puerta. Estaba cerrada con llave, tendría que esperar.

[Parque del río Hann, Seúl ; 13:00
20 de marzo]

--¡Hey, buscaros otro lugar!

--Qué asco.

--¡Hay niños, por favor!

Todas esas frases estaban grabadas a fuego en su memoria. Jisung tenía el semblante oscurecido de la rabia que le daba que personas con esa mentalidad siguieran existiendo en nuestro siglo.

En cambio, Minho los ignoraba completamente, como ya estaba acostumbrado a hacer. Desde que salió del armario había soportado cosas peores que esa, pero entendía el enfado de Jisung.

--Es que ni siquiera te puedo dar la mano sin recibir miradas.-- Se quejaba mientras paseaban.

--Sí que puedes. Sólo no les hagas caso.

--No puedo ignorar todo el odio que tienen a nuestro colectivo. Parece que prefieren ver a dos hombres sujetando pistolas que dándose la mano.

--En junio te llevaré al orgullo para que te sientas en tu salsa, Jisung.

--Llevo queriendo ir a uno de esos desde que tenía catorce años.-- Rió. --Hoy es el cumpleaños de Hyunjin, por cierto.

--Es verdad. Deberíamos ir a verle, ¿No?

--Felix ha prohibido visitas hoy. Prefiere tener al cumpleañero sólo para él.

--Vaya... ¿Podemos ir a ver a Chan?

--¿Tantas ganas tienes de irte, Minho? Además, Jeongin dice que no está muy bien, mejor ir otro día.

--¿Por qué te enteras tú de todo y yo no?-- Inquirió Lee.

--Porque a mí me quieren más.-- Lo vaciló. --Vamos a mi casa, tengo frío.

--No te preocupes, que yo te caliento.-- Recibió un golpe en el hombro de parte de su novio. --Bueno, pues te quedas sin mantas.-- Ambos rieron.

[13:34
20 de marzo]

--¿Dónde vamos?

--Cállate y no te quites la venda.

Felix agarraba su mano mientras él, sin poder ver se sentaba en el asiento del taxi. El australiano abrochó su cinturón y susurró algo al taxista que Hyunjin no pudo oír.

Al cabo de un rato, llegaron a la estación de tren de Seúl, pero Hyunjin desconocía que estaban ahí.

--Ten cuidado. Ahí hay un escalón, sube... Bien.-- Llevaba al mayor bajo la mirada de muchas personas a su alrededor.

Una mujer se acercó a ellos y retiró la venda de Hyunjin, dejándole ver por fin.

--¿Mamá?-- Se abrazó a ella en cuanto sus ojos se acostumbraron a la luz. No la veía desde el juicio de febrero en el que por fin se hizo justicia y encarcelaron al hermanastro de Seungmin.

Felix los observaba con ternura mientras Kkami tiraba de su pantalón. Tomó a la pequeña en brazos y ella comenzó a lamer su cara.

--Kkami, hola. ¿Qué hacéis aquí?

--Pregúntale a Felix, él nos llamó para que viniéramos.

--Dijiste que echabas de menos a tu madre y a Kkami...

--Eres el mejor.-- Le sonrió y le dio un beso en la mejilla.

Le dijo a su madre que tenía novio poco después del juicio, y ella no podría haber tenido una mejor reacción. Estaba feliz por su hijo, por supuesto, y saber que él era feliz con una persona era suficiente, el sexo de ésta era lo de menos.

--Vamos a comer. Tenemos mesa reservada en media hora.-- Dijo el australiano dejando a Kkami en el suelo. Adoraba a los perros desde que era pequeño, siempre quiso tener uno.

--¿Kkami puede venir?-- Preguntó Hyunjin. Normalmente era un problema entrar con un perro a un restaurante.

--Sí, ya me he encargado de eso. Vamos. Oh, yo le llevo eso, no se preocupe.-- Dijo tomando la bolsa de la señora Hwang.

--Gracias, cielo.

[17:12
20 de marzo]

--¿Cómo te encuentras?-- Susurró Jeongin al entrar en su cuarto.

--Cansado. Tengo las defensas en la mierda.

--Me imagino que es normal.

--Sí, supongo que sí. Me duele la mano.-- Se quejó Chris.

--Te destrozaste el metacarpo, Chan.

--Y le partí la cara a dos seguratas. Y lo volvería a hacer si siguiera allí secuestrado.-- Desde que había escapado de las manos de la fiscalía, todo había sido cuesta arriba.

Soltó todo lo que sabía en el juicio de Wonmin, toda la verdad, y luego denunció a aquellos sinvergüenzas que lo habían retenido, pero claro, eran fiscales. Era la palabra de un joven de veine años contra la de unos fiscales.

Después, llegó su enfermedad. Hacía ya un mes de eso, y no quería recordarlo. Aún así, lo peor estaba por llegar, y no faltaba demasiado.

꒰ it hurts so bad ꒱ 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘺 𝘬𝘪𝘥𝘴 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora