𝐮𝐧𝐝𝐞𝐫𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫 ;; wosani au ¡!

𝟏;; 𝐦𝐲 𝐥𝐢𝐟𝐞 𝐭𝐮𝐫𝐧𝐬 𝐢𝐧 𝐬𝐥𝐨𝐰 𝐦𝐨𝐭𝐢𝐨𝐧.

el monótono sonido de suaves gotas aterrizando con dulzura sobre la ventana de daniel lograba un anhelado efecto tranquilizante sobre su cansado cuerpo. la última vez que su ansiedad lo cegó y obligó a ver la hora marcada en el despertador que mantenía sobre su mesita de noche pudo darse cuenta por quinta vez durante su infernal semana que se habían hecho las dos de la mañana y su mente aún seguía jugando al rol de una persona sufriendo insomnio crónico.

estaba realmente agotado, el día anterior ribba pasó las 9 horas enteras que duraban las noches por este lado del mundo culminando un ridículo ensayo sobre la evolución musical desde el siglo pasado hasta la época actual; cuando pudo terminarlo, el cielo se encontraba demasiado iluminado para sus gustos y para su débil capacidad de descansar plácidamente.

lo que nos lleva al presente, un exhausto daniel obligándose a dormir aún cuando su organismo y mente se encuentran a segundos de desmoronarse en un agitado ataque de pánico causado por el estrés acumulado a base de pensar en el dolor que le ocasionarían sus pesadillas si llegaba a apagar sus cansados ojitos. eso, hasta que el cielo comenzó a llorar de manera calmada, se sentía como un llanto melancólico, como si las nubes hablaran sobre viejos recuerdos y memorias de antiguas compañeras. daniel ubicó su mirada sobre la ventana de al lado de su cama, rozando las yemas de sus dedos sobre las cortinas color índigo que evitaban el paso de hasta el más fuerte reflejo de luz a través del vidrio; alzó el león que se encontraba tatuado en su mano izquierda y apartó ligeramente la liviana tela con sus deditos.

inmediatamente, los iris de daniel se inundaron de suaves luces y reflejos púrpuras, se podía apreciar una suave danza de parte de las estrellas sobre el universo infinito que eran sus oscuros ojos.

aquel visual era hermoso. un agitado daniel siendo invadido por una milagrosa calma que recorría sus extremidades a paso lento, sus piernitas casi llegaban a su pecho por la posición en la que se encontraba, parecía querer mantener todo el calor posible dentro de su fría habitación. su mano izquierda extendida y su derecha sostenía sus rodillas, las sábanas llegando hasta su rojita nariz. dani no despegaba la mirada del cielo levemente nublado, observaba los movimientos llenos de gracia de las nubes, veía como aquellas abarcaban cada vez más espacio sobre el nocturno firmamento con una clara curiosidad escrita en su rostro. los ojos del teñido comenzaban a cerrarse por sí solos de vez en cuando, su respiración se estabilizaba en un ritmo sereno y el sueño se acurrucaba dentro de su cabeza como una dulce canción de cuna.

a medida de que las cargadas y grises nubes cubrieron su vista hacia la atmósfera y todos esos puntitos parpadeantes que la adornaban, daniel no le quedó otra alternativa más que bajar su mirada con cansancio hasta divisar las agitadas aguas que desafortunadamente bordeaban su pequeña casa a una proximidad bastante corta. las olas chocaban bruscamente contra las grandes rocas sobre la arena y el viento movía la vegetación con una agresividad notable que le ocasionaban escalofríos en todo el cuerpo. ¿estarán en medio de una discusión? los ecosistemas parecían bastante molestos unos con otros; presentía que el cielo y el mar estaban muy cerca de caerse a piñas.

por lo tanto, no se sorprendió cuando la intensidad de la lluvia aumentó considerablemente: las que hace poco se hacían pasar por inocentes gotas de agua tomaron forma de rocas líquidas que golpeaban con ira el cristal que lo protegía del salvaje exterior. sintió como su cuerpo retomaba los temblores en sus extremidades a consecuencia del creciente miedo floreciendo en su estómago. estaba a punto de alejar su mano y dejar que las cortinas bloquearan su vista para disminuir el ritmo de su angustiado corazón, acción que fue interrumpida cuando el cielo se iluminó de manera fulminante y parecía haberse fracturado en dos con el estruendoso impacto de aquel rayo sobre la superficie del mar.