𝐮𝐧𝐝𝐞𝐫𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫 ;; wosani au ¡!

𝟔;; 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐣𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬𝐲.

la partida del tritón dejó atrás múltiples sensaciones dentro del bronceado humano de ojos achocolatados. uno de sus hemisferios le susurraba que todo estaba bien, no había nada que temer frente a esta situación, valentín era alguien que lo había esperado por una eternidad y lo único que saldría de él sería un mundo nuevo lleno de curiosidad y experiencias fascinantes; mientras que el otro le reventaba la cabeza con mil y un dudas e inseguridades sobre todo lo ocurrido, ¿y si era una trampa? daniel no sabía sus intenciones reales, hasta ahora no podía hacer ninguna suposición sobre que tan genuinas eran sus acciones. si bajaba la guardia podría llegar a tener varios colmillos desgarrando su piel hasta ser comida de peces.

sin embargo, todas sus inquietudes disminuyeron dramáticamente cuando esa misma noche se vio atraído al mundo de sus sueños por un distinguido chico de brillantes escamas adornando su peculiar figura. le dio la bienvenida a daniel con esa divertida sonrisa que alegraba su mente como si de un hipnotizante hechizo se tratara, sus brazos bien abiertos fueron difíciles de pasar por alto por lo que ribba no fue capaz de aguantarse, se lanzó sobre su lindo pececito que no hacía más que reír vivamente al por fin tener a su humano así de cerca mientras daniel pasaba sus pequeñas manos por el suave y mojado pelo de valentín, dejando salir algunas risitas con sabor a aprecio y cariño. un profundo sentimiento hogareño y reconfortante lo sacudió hasta su núcleo interno.

el sol se asomó sobre el mar acompañado por pacíficas melodías de aves mañaneras, la naturaleza parecía despertar al compás de daniel, que por primera vez en mucho tiempo se desperezaba con un cálido sonar dentro de su cabeza que recorrió todos sus huesos.

se dio cuenta casi de inmediato de la pulsación constante y calurosa ocasionada bajo el collar, no se lo había quitado desde aquella extraña noche y cada día lo sorprendía más. definitivamente le preguntaría a valentín sobre eso, después de todo el tritón le debía un cuestionario entero de preguntas.

daniel sujetó el accesorio con su mano tatuada, fue increíble el confort que sentía su alma y cuerpo al hacerlo; se preguntó si tendría que ver con alguna clase de magia marina. aquel pensamiento le revolvió un poco el estómago, no quería imaginar que cosas eran capaces de hacer con ese tipo de poderes entre sus viscosas manos.

pero valentín... él era bueno, lo podía notar en sus radiantes ojos celestes, no escondían ninguna clase de impureza y acogían gentilmente un espectro entero de amabilidad y cariño. aún así podían verse amenazantes, estaba seguro de que nunca querría ponerse en el lado malo del tritón, no era para nada indefenso.

daniel estiró su cuerpo lentamente hasta levantarse fuera de su cama por completo. llevó ambas manos hasta el piso con el propósito de escuchar el crujido de ciertas articulaciones y alejar cierta tensión muscular. al sentirse lo suficientemente despierto realizó su rutina matutina en el baño, incluyó una rápida ducha porque así de bien se encontraba.

una vez daniel estuvo acomodado en sus jeans claros con su buzo amarillo y las mismas vans de siempre, salió al exterior con una sonrisa dibujada en el rostro. palmeó sus bolsillos para verificar el paradero de su celular y ajustó el bolso sobre sus hombros, desencadenó su bicicleta sin mucha prisa y emprendió su ruta a la universidad.

no sin antes dedicarle una deslumbrante expresión alegre al mar, que a pesar de la dolorosa desconfianza tallada en su débil corazón, daniel no podía negar los intentos que este trataba de hacer para devolverle su vida.

y así partió, con una mente despejada y el collar sobre su piel latiendo suavemente.

llegó a las instalaciones unos minutos antes de su primera clase, pensó que comer medialunas y su rutinaria taza de café negro en la panadería cercana le consumiría más tiempo. igual le venía bien prepararse un poco antes de entrar a introducción a la literatura.