27. Crema 🦋

628 51 31
                                    

⚠️ ADVERTENCIA: contenido sexual. Sí este contenido no es de tu agrado, salta al siguiente capítulo.

Esa mañana, Minho no fue a clases porque amaneció con dolor de cabeza, así que decidió quedarse en casa, aprovecharía el tiempo en ordenar y hacer la cena para cuando llegue su tío. Le dijo a Felix y este, inmediatamente le dijo que por casualidades de la vida, comenzó a sentirse mal del estómago camino al instituto y que debía buscar un lugar cercano para descansar. El castaño tuvo la idea de qué tal vez si Felix compraba un poco de helado, podrían sentirse mejor, así que el chico fue a la tienda y escogió uno que era de Oreo, sabía cuánto le gustaba a Minho.

En la puerta de la casa, un despeinado y somnoliento joven abrió la puerta, restregando sus ojos, luciendo adorable a los ojos de Felix, que al contrario, lucía su limpio y pulcro uniforme escolar. El castaño recibió el helado, su mochila y fueron a la cocina, donde el rubio le preparó un té mientras Minho subía a bañarse, porque no quería permanecer en ese estado si Felix pasaría la tarde con él.

Pasaron alrededor de unos quince minutos y el Lee mayor estaba listo, bajó con unos cómodos pantalones de buzo, una polera suelta y el pelo bastante húmedo, se veía mucho más despierto. Felix esperaba con la humeante taza de té. Se sentaron en el sillón y prendieron la televisión, Minho pasó el brazo sobre Felix y vieron una película que estaban pasando. Ya en la mitad del film, Minho recordó que el pecoso trajo helado.

-¿No se te antoja un poco de helado Felix?

-Claro, estaría bien- así lo hizo, el chico se levantó para llevar un bocado a cada uno, pero mientras estaba sacando los platos, Felix se apoyó con el pecho en la mesa y los brazos cruzados.

-Te ves muy sexy así- observó el rubio. Minho levantó la mirada.

-¿Así cómo? Estoy vestido normal ¿no?- sonrió.

-El pelo húmedo te hace ver bien... bueno, siempre luces sexy- Felix miró a Minho, bajando la mirada a sus labios.

-Lo sé, no hace falta que lo digas- respondió el dueño de casa, destapando el pote con el postre.

-Aunque eres un poco engreído- rió Felix.

-Aún así te gusto.

-Desgraciadamente...¿puedo probarlo?- el australiano apuntó el congelado. Minho asintió, curioso por la petición. En ese momento, con su dedo índice el chico sacó un poco de helado, llevándolo a su boca, mirando fijo los ojos del contrario- ¿quieres probar tu también?

-Por favor- una sonrisa ladeada se asomó en el rostro de Minho. Felix sacó otro poco y acercándose lentamente, llevó su dedo a los delineados labios del chico, quien al chupar su dedo, miró penetrante los orbes opuestos.

-¿Qué tal si vienes y pruebas otro poco?- Minho, quien sonreía de forma coqueta asintió y Felix, una vez más hundió varios dedos en la blanca crema y lo llevó a su boca. El chico, con una mirada felina puso a Felix contra la mesa y con una sola mano, sujetó la quijada del chico y abrió su boca, lamiendo sus labios, colando su húmeda y tibia lengua en la ajena, saboreando cada centímetro. El beso fue largo, lento pero para nada suave.

-¿Estás disfrutándolo?- preguntó Minho, susurrando en su oído, seguido de un único beso en el cuello.

-Quiero un poco más de helado.

-Está bien- Minho cumplió con la petición.

-Pero lo quiero entre tus piernas- Minho, que estaba sorprendido por esa faceta del dulce chico, no se resistió. Este lo puso contra la pared, y lo besó intensamente, bajando por su cuello, pasando por el pecho hasta llegar a su pelvis, dejando un rastro de saliva. Ahí abajo, tocó el miembro ajeno sobre el pantalón, que ya estaba algo tenso. Bajando su pantalón y quitando su bóxer con los dientes, para Minho era un espectáculo.

Piénsalo dos veces 🦋 • MINLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora