Héroes: El Reencuentro.

c u a t r o

Punto de vista de Alex

Violet y yo comenzamos a investigar la casa teniendo como primer destino la sala donde se encontraban los plomos.

Los plomos habían sido bajados así que yo los subí y las luces se encendieron. La sala donde se encontraban los plomos, ya iluminada, dejaba verse completamente destrozada.

Cogí a Violet de la mano y la llevé conmigo, cuando salimos fuimos a revisar el resto de la casa y todo parecía estar bien. Lo que estaba ocurriendo era muy extraño, parecía que alguien nos estaba dando un primer aviso.

Al terminar de revisar nuestro hogar, ambos volvimos al salón en donde se encontraban todos.

—No sabemos ni qué ha sido eso ni quién lo ha provocado. Pero creo que es un aviso.— Les dije convencido a mis amigos.

Amelia se extrañó.— ¿Un aviso? ¿De qué?

Le respondí con calma.— Si soy sincero no lo sé, pero no creo que sea de algo bueno.

Por el momento decidimos no darle mayor importancia y cada uno siguió en lo que se había quedado.

Punto de vista de Amelia

Después de lo ocurrido, Hazel me llevó a su habitación.

Entramos cerrando la puerta cuidadosamente. Todas las puertas de las habitaciones tenían un pestillo para mantener la privacidad por lo que nosotras echamos el pestillo asegurándonos de que nadie iba a entrar.

En la entrada de la puerta Hazel y yo empezamos a besarnos lentamente, era un beso calmado, sin prisa.

Yo la agarré de la cintura mientras ella acariciaba mi pelo. Nuestras respiraciones comenzaban a chocar a medida que se volvían más agitadas por el momento en el que nos encontrábamos.

Nos fuimos acercando a la cama pero, antes de caer en ella, Hazel se quitó su camiseta quedando tan solo en sujetador.

Después de eso ambas caímos en la cama, yo encima de ella por lo que tenía el control. Quité sus pantalones y fui besando su cuerpo. Ella quitó mi camiseta y seguimos basándonos, ahora con más intensidad...

Amanecí con Hazel abrazada a mí y ambas tapadas por una fina sábana. Las cortinas no permitían a la luz entrar así que yo las aparté haciendo que ella despertase.

Le sonreí.— Buenos días.

Ella sonrió también medio dormida.— Buenos días, ¿vamos a desayunar?

Yo simplemente asentí. Cuando bajábamos escuchamos unas risas.

Punto de vista de Violet

— No Alex, no. Ni se te ocurra.— Él empezó a hacerme cosquillas y yo no paraba de reír.— ¡Alex!— Estallé de nuevo en risa cuando encontró mi punto débil.

— Te voy a torturar con cosquillas.— Dijo riendo también mientras se acercaba lentamente a mí haciendo que yo huyese.— ¡Ven aquí pequeña! 

— ¡No! No voy.— Dije riendo.

Al final se acabó rindiendo y aparecieron Hazel y Amelia.

El día transcurría con bastante tranquilidad. Yo iba tranquila cantando Memories de Maroon 5 cuando escuché una voz a mis espaldas. Era el nuevo, Luke.

— Eres Violet, ¿verdad?— Me miró a los ojos cuando yo me di la vuelta.

Le miré extrañada.— Eh... Sí, ¿por qué?— Sabía que Alex no se llevaba bien con Luke y la verdad es que a mí tampoco me daba buena espina.

Me miró con algo de maldad en sus apagados ojos.— No, por nada, simplemente... ¿Alex y tú tenéis algo?

— Por ese "algo a qué te refieres, ¿a una relación? Sí es eso, no estamos saliendo pero tampoco me interesas, lo siento.— Pude haber sonado algo dura pero es que había algo en él que no me gustaba en absoluto.

— Vaya, que borde. ¿Así de mal educada hablas siempre muñeca?— Dijo elevándome la barbilla.

Le aparté de mí.— No me toques, no quiero líos ni problemas.

Luke intentó volver a acercarse a mí pero una voz le detuvo.

— La tocas y estás muerto.— Alex apareció justo detrás de Luke.

Luke se dio la vuelta y le miró desafiante.— ¿Me estás amenazando?— Rió.— Yo hago lo que me da la gana.

Pero antes de que Luke se acercase a mí Alex le pegó un puñetazo en la cara. Luke sacudió levemente su cabeza y se dispuso a defenderse pegando también a Alex.

Pronto se convirtió en una pequeña pelea donde se empezó a hacer presente la sangre. Yo temía que Alex saliese herido, no quería que le hiciesen daño.

Alex se iba a transformar en demonio pero yo le detuve, sabía que si lo hacía era capaz de asesinar al chico y meterse en graves problemas.

Luke se fue y yo acompañé a Alex a su cuarto.

— ¿Estás bien, te ha hecho daño? ¿Estás herido?— Dije asustada.

Él me miró a los ojos con una sonrisa y rió.— No te preocupes linda estoy bien.

Yo simplemente suspiré aliviada ante su respuesta.— ¿Me dejas ver tus heridas?— Alex tenía algunas en el rostro pero a juzgar por su camiseta llena de sangre era posible que también tuviese alguna en el pecho.

Él comenzó a dudar.— No es que no quiera que compruebes mi estado pero... Nunca le enseño a nadie lo que hay debajo de mi camiseta.

Le miré con curiosidad.— Quizás yo podría ser la única que lo viese.

Al parecer acabé convenciéndole tras un rato ya que accedió y se quitó la camiseta.

Mostró su pecho con algunas heridas de la reciente pelea pero además tenía un montón de cicatrices... muchísimas. Tanto en su pecho como en su espalda, algunas de las cicatrices podrían ser desagradables pero a mí no me lo parecía.

Sin decir nada comencé a curar sus heridas bajo su atenta mirada.

— ¿Te escuece?— Dije pasando un trocito de algodón con agua oxigenada por sus heridas.

Alex negó y cuando terminé de curarle y vendarle él comenzó a besarme apasionadamente. Era un beso intenso demostrando lo mucho que ambos nos necesitábamos.

Alex paró por unos segundos y me miró.— No sabes lo mucho que te necesitaba.— Comenzó a darme suaves besos en el cuello.

Yo también te necesitaba.—Dije mordiendo mi labio mientras él me tumbaba en la cama quitándome la ropa y besándome.

Él me necesitaba y yo a él, por fin podíamos estar juntos sin nadie que se interpusiese. Por fin él era mío y yo suya.