Capítulo 11

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Las dos chicas permanecían al acecho frente al edificio en el cual Kai de encontraba como rehén. Habían quitado los guardias muertos del medio antes de que el turno acabara.

Olivia estaba subida a un árbol maquinando algún plan que les permitiera rescatar a los brujos atrapados, y no morir en el intento.
Le había costado lo suyo evitar que Phoebe saltara y comenzará a apuñalar a los guardas a discreción. Era muy cabezota y muy impulsiva. Era bueno que el niño pequeño hubiera estado ahí para contenerla.

Bajo del árbol en completo silencio y se unió a la chica para contarle su plan. Phoebe permaneció en silencio durante un momento mirando a ninguna parte, repasando el plan en su cabeza, y asintió. Salem, que estaba agazapado junto a ellas escuchando agitó su cola animado.
Harry las miró intrigado, pero no querían que formará parte del plan por su corta edad, de modo que le llevaron al granero donde Olivia había cogido su ballesta y le dieron instrucciones a seguir si algo iba mal.

Aprovechando el momento del cambio de guardia, se escabulleron hasta uno de los laterales del edificio. Cada varios metros de largo había una diminuta ventana con gruesos barrotes. Cómo ambas eran bastante bajas, eso sería complicado de atravesar. A no ser que tuvieras un dragón.

Salem voló hasta la apertura más cercana y utilizó su aliento de fuego, fundiendo así los barrotes que les impedían la entrada. Ayudándose mutuamente, Phoebe y Olivia entraron al edificio, apareciendo en una de las celdas.

Por fuera daba la sensación de ser una estancia mucho más pequeña de lo que realmente era. Había alrededor de unas 20 celdas, 10 en cada lado, y con unas 4 o 5 personas en cada una. En la celda en la que estaban había dos chicos algo mayores que ellas, un padre y su hijo. Los cuatro las miraban con una mezcla de terror y sorpresa, y Phoebe se dio cuenta de que todos sujetaban algo.

-¿Que es eso?- Preguntó sin pensarlo dos veces.
El niño le tendió la mano con el papel que sujetaba. Era un pedazo de pergamino con un número en él. 321. Los otros 3 enseñaron sus números. 346, 318, 339.
Olivia no dijo nada, pero se dirigió a Salem.
-Hey. ¿Puedes conseguir la llave de las celdas? Creo que las tiene ese- Susurró señalando discretamente a un guardia postrado junto a la puerta al fondo del pasillo.

Salem caminó discretamente hasta el monje y cogió las llaves que este llevaba. Se las entregó a Olivia rápidamente, que abrió la celda, levantó su ballesta y mató a todos los monjes presentes con dos disparos limpios. Phoebe agarró las llaves y comenzó a liberar a todos los brujos mientras buscaba a Kai. Salem hacía lo mismo, fundiendo los candados. Olivia ayudaba a los prisioneros a salir por la ventana, ya que la puerta estaba siendo vigilada por guardias que desconocían la situación interior, y no sabían que había tras la puerta del pasillo.

Solo habían evacuado a la mitad de los prisioneros cuando los guardias del exterior irrumpieron en la habitación empuñando sus armas. Olivia, que ya tenía la mitad del cuerpo fuera de la ventana comenzó a disparar desde ella, gritando a Phoebe que se diera prisa.

Kai no estaba en ningún lado. Había muchísima gente aún no evacuada, gritaban desesperados tratando de salir y no era lo más relajante. Entonces le vio. En una esquina hecho un ovillo.
Phoebe gritó su nombre, pero no reaccionó. Se acercó a él y le tiró del brazo.
-Te juro que si los dos morimos aquí solo porque no te ha apetecido mover el culo resucitaré y te mataré de nuevo.
Seguía sin responder. La chica suspiró cansada y cogió a Kai, poniéndoselo en el hombro. Tanto cazar y llevar ciervos había dado sus frutos. A pesar de poder con él, pesaba bastante, así que se apuró hacia la ventana, donde Olivia dejó de disparar para pasar al chico por la ventana. Luego volvió a entrar y con la ayuda de Phoebe y su daga acabaron con los guardias y monjes.

Terminaron de liberar a los prisioneros y buscaron a Cassandra y Alice en vano. Olivia y ella trataban a aquellos que habían sido heridos en su camino hasta allí o durante su estancia en la mazmorra.
Phoebe hacía bromas y comentarios graciosos en un intento de animar a los más desalentados. Olivia la miró y sonrió.

-Benditas seáis. Todos los brujos de la comunidad os debemos la vida- dijo una anciana agarrando la mano de Phoebe.

La sonrisa de Olivia se desvaneció.

-¿Brujos?- susurró

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-¡633!
Alice despertó bruscamente. Aún quedaba bastante antes de que la llamaran a... lo que sea que le esperara tras el portón. El silencio era casi absoluto a excepción de un grupo en la celda contigua a la suya, que murmuraba continuamente. Uno de los presentes la miró a los ojos y le indicó que se uniera a la conversación.
Alice le reconoció como el hombre que les había advertido hace tanto tiempo del peligro, diciéndoles que se dirigieran al norte.

Uhfg

Salem (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora