Tercer secreto... El Comienzo

47 7 0
                                    


Ya han pasado un par de años desde la primera vez que estuvimos juntos. Siempre e sido un poco distraído cuando se trata de gustarle a alguien, me doy cuenta cuando ya es demasiado tarde o cuando literalmente están casi sentadas sobre mis piernas.

Se que soy irresistible y que todo lo que poseo adorna aún más mi persona. Pero por lo mismo siempre trato de mantener la distancia, nunca se si se acercan a mí por interés real o solo por interés a mis posesiones.

Cuando comenzamos a conversar ese día ni siquiera imaginé a la persona que realmente conocería, siempre te tuve catalogado como un ser simple poco agradable y con intereses superficiales, no entendía lo que mi hermano había visto en ti.

Poco tiempo atrás Uds. se habían separado una temporada Mokuba te había sido infiel con una chica de la universidad.

Por lo que Moki me contó o la excusa que me dio fue que tu tenias una relación con alguien más. No conocía en ese entonces muy bien los detalles del por que de tú traición hacia un Kaiba, pero eso basto para mandarte directamente a mi lista negra.

¡Nadie pero absolutamente nadie engaña a un Kaiba menos alguien como tú!

Mande a Ronald a investigar por quien estabas cambiando a mi hermano. Y lo que descubrí fue una sorpresa para mí.

No solo nunca habías engañado a Mokuba si no que en realidad él fue quien mantuvo una relación con otra chica por más de dos años, eso era algo que no me esperaba.

Te metiste con un par de chicos durante tù soltería pero en esas circunstancias no había nada malo no estabas con nadie al que tuvieras que serle infiel.

¡En la noche de su compromiso la mansión se encontraba repleta de gente, que cosa más desagradable!

Muchos de los invitados solo buscaban obtener mi simpatía me sentía completamente abrumado tratando de ser agradable y simpático con medio mundo.

Un par de empresario del exterior me habían estado atosigando durante toda la noche con unas propuestas, algún proyecto para su mísera empresa, creen que mi corporación es una institución de caridad por Dios.

Tea mi prometida se había retirado hace un rato a su habitación, no se encontraba bien de salud según ella. La verdad es que siempre huye de este tipo de eventos. Dejándome solo con la parvada de buitres que pretenden sacarme hasta las entrañas.

Preferí alejarme de todos un rato necesitaba respirar, fue así como llegué a la cochera adoro mis autos tengo una gran colección de ellos, cuando necesito pensar descansar de todos o simplemente estar en paz recurro a ellos.

Tocar su carrocería sentarme en alguno a escuchar la música a todo volumen y cantar a todo pulmón siempre ayudaban un poco al estrés. Y el hecho de estar solo para poder hacer el ridículo un rato me volvía un poco más humano.

Cuando entre a la cochera las luces se encontraban encendidas por lo que las apague me gusta la oscuridad conocía ese lugar a la perfección no necesitaba de ellas, sabía exactamente dónde se encontraba cada uno de los 12 carros que tenía hasta ese entonces para mi uso personal.

Respire aliviado cuando me creí que me encontraba en completa soledad y me apoye sobre el chasis del Ferrari rojo con las manos en los bolsillos.

- Seto-

- maldición quién diablos anda hay-

- soy Joey, pero ya me voy tranquilo-

Distingo su figura después de un rato, tiene una botella de alcohol en las manos aunque no logro distinguir muy bien de qué trago se trata. Miro su rostro pero no puedo definir su expresión las señales de su cuerpo me indican que no se encuentra del todo bien, cosa que no debería ser ya que es la noche de su compromiso.

SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora