Peter cada día ponía menos resistencia.
Una semana atrás había intentado escapar pero no pudo lograrlo, fue atrapado antes. Claro que lo golpeó, lo pateó e incluso le escupió pero simplemente no le dejó libre y regresó de vuelta a la pequeña cárcel. No le agradaron demasiado los chupetones en su cuello.
Se convirtió en la nueva obsesión de Rocket.
Groot en este punto ya no sabía que más hacer.