Pervertido amor - lemon- ( Hidan y tu)

Cap 25

???: No hay tiempo de charlas ¡Tienes que despertar! —la voz del infante se hizo notar con fuerza.

La castaña miró sorprendida al niño que tenía de frente, estaba ahí, parado a sus pies justo como lo recordaba. Aquellos ojos violeta igual de radiantes y admirables que en su niñez, la observaban una vez más y sobre todo esa voz, que alguna vez le dirigió en pos de ayudarla, ahora, de nuevo la volvía a escuchar. Y como en su momento, volvía a socorrerla.

___: Pero... ¡Tu! Eres tú de nuevo — pronunció con un dejo de tristeza en su voz— . ¿Qué haces aquí? ¿Despertar? !ahora es lo que menos quiero! — cuestionó casi afónica, sentía que su voz se desvanecía.

???: Por favor, despierta  — dijo casi en súplica. Su rostro infantil se arrugo en aflicción.

Ella no dejaba de admirarlo le importaba poco las palabras de esté, toda su nostalgia se está desembocando en ese preciso momento. ¿Qué importaba el miedo que sentía hace unos instantes? ¿O la cólera irracional? ¡Nada!, no importaba en lo absoluto ante semejante vivencia. ¿Que más da si se echa a llorar? esta vez sería por regocijo y total derroche de alegría, ante ella se encuentra uno de sus mayores soportes emocionales (de los pocos de echo) que le hicieron ver qué no toda la humanidad es basura ante su persona. Sin embargo, si reaccionó ante el echo de que el menor portaba una cara de angustia.

___: ¿Qué pasa? — en un acto de bondad y compresión estiró las manos para sujetar las del menor, que de primera instancia pudo comprobar que el tacto se sentía tan real—. No estés triste, después de tanto nos volvemos a ver — el chico negó con la cabeza reiteradas veces.

???: Despierta — repitió.  

___: Basta, no me digas eso. Vamos a conversar un poco antes ¿Si?

No desea otra cosa más que hablar y saber un poco más de este pequeño, claro que se cuestiona del porque su aparición tan repentina, como es que está ahí después de tanto tiempo; más trata de no torturarse con esas incógnitas, en estos meses le han pasado cosas muy locas sin duda alguna, Chomei es una de ellas... Hidan otra. Tal vez sea una alucinación extra que le está anunciando su proximidad a la demencia y que necesita empezar a usar una camisa de fuerza.

De sus manos sintió como el agarre se iba aflojando a las del menor, bajo la vista y pudo observar que éste separaba las suyas de las de ella. Intento torpemente mantenerlas unidas ante el forcejeo del infante, más simplemente se soltaron. ___ desistió y con un ligero suspiro dejó escapar todas sus energías.

___: Está bien — le sonrió maternalmente al pequeño, tratando de calmar tanto su tristeza como la de ella—. Pero me debes una charla —concluyó acercándose algo tímida a la mejilla de el y con sutileza le plantó un beso. 

[...]

Hidan: ¡Maldita sea! —  vociferó en medio de un ataque de irá—. ¡Sí no es una cosa, es otra! — alzó los puños al cielo con fuerza suficiente para noquear a un hombre, irritado ante todo— ¡¿Qué más quieres de mi?! — dejó caer los brazos y con cansancio sujeto su medallón llevándoselo a la comisura de sus labios— Mi Dios Jashin — susurró.

Un momento de paz es lo que comparte Hidan mientras le dedica rezos a su deidad, lo recién vívido es una mera piedra en su camino, un castigo de su Dios por no venerarle ni respetarle lo suficiente en un largo tiempo; el hombre comienza a pensar que se ha desviado de los designios y escrituras de la religión ¿Pero qué más da?. 

Rugió y gruño entre dientes irritado de la situación en el que está impuesto, aprieta con fuerza el medallón esperando de alguna manera, inconscientemente, que la solución aparezca frente a el dictándole los pasos a seguir... Pero no es así de fácil.  Está entre irse y olvidar todo lo ocurrido, al final una vida de inmortal lo aguardaba muy prometedoramente con todos esos sacrificios que necesita para saciar a su Dios. Más, sin embargo, la Uchiha le carcome la cabeza por todos lados.

Hidan levanto la vista situandola en el árbol donde desapareció la castaña, observo aún furioso y confundido arrugando la sien, los designios y sus sentimientos están creando grandes estragos en el, está indeciso... Pero al final tiene que hacer algo, ya sea de una o de otra cosa.  

Hidan: Espero estar haciendo lo correcto, Jashin.

Giró sobre sus talones dando marcha atrás, dirigió la atención a su guadaña que descansa a unos pasos suyos, con atrevimientos la toma entre manos y la recarga en la espalda desnuda, sintiendo al instante el tacto frío del metal. 

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¡Wow, wow, wow! 

¡Cuatro añotes, gente! ¡CUATRO! 

Increíble como a pasado el tiempo y mi redacción sigue del asco jajajjaja

Comenten todo lo que quieran, aprecio muchos sus comentarios. Los cuales he leído ¡TODOS! Ya que me he vuelto a leer mi propio fanfic jajajaja 

En fin, espero lo hayan disfrutado, de antemano les pido una disculpa ¡GRANDOTOTA! Y que nos vemos en la próxima.