|| Capítulo Único ||

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Jimin escuchaba atentamente lo que su hyung decía, o al menos lo intentaba. Es que como concentrarse en química cuando tenías a un profesor cómo él, con tan solo mirarlo podías darte cuenta de lo hermoso que era. Su blanca y suave piel lechosa, sus ojos gatunos - en los cuales te podías perder - , sus delgados y carnosos labios, su sonrisa que dejaba ver sus encías (aunque pocas veces la había visto); todo en él gritaba "hermoso".

Un suspiro escapó de sus labios al contemplar lo lindo que se veía explicándole quién sabe que cosa. No estaba prestando atención.

Hasta con el ceño fruncido se veía lindo, un momento, ¿Por qué lo estaba mirando así?

— ¿Jimin, me estás escuchando? — la voz molesta de su hyung lo sacó de sus magníficos pensamientos.

— Eh... ¿sí? — Jimin se sonrojó al ser descubierto y aún más al ver el rostro serio de su mayor.

— Entonces, ¿Dime, qué es lo que acabo de decir?

Jimin sintió su rostro palidecer al escuchar la pregunta, no entendía nada de química.

— Ah... Qué esa cosa roja con la otra de allá, eh... si ambos los mezclas... hacen pum!! — el pequeño intentó explicar lo que su cerebrito captó, moviendo sus manitos en el acto para dar un efecto dramático.

YoonGi quiso reír ante el intento de explicación por parte de su alumno, pero no podía, debía de dar el ejemplo. Así que volvió a explicar otra vez el tema, notando otra vez la mirada "atenta" de su alumno.

Las dos horas acabaron, y Jimin se encontraba feliz y triste. Feliz, porque por fin se acabó química; pero, por otro lado, triste porque ya no vería a su hyung hasta el día de mañana.

Era muchísimo tiempo.

Él odiaba la química, pero cuanto amaba a su hyung. Lo que a él verdaderamente le gustaba era la repostería. Así como ama a su hyung, ama hacer postres.

Por su hyung, él sería capaz de comer aquellos brócolis que tanto odiaba.

Si eso hacía feliz a YoonGi, él lo haría.

(...)

Ese día, Jimin había preparado unos pastelitos de coco, esperaba que le gustaran a su hyung.

Se dirigía a sus clases de química.

Llegó puntual a la casa de su hyung, donde este lo recibió con su ya típica bata blanca y una leve sonrisa.

— Buenos tardes hyung —  lo dijo con una linda sonrisa que hizo que sus ojos desaparezcan.

— Buenos tardes Jimin, qué traes ahí?

— Oh, le traje unos pastelitos de coco. Espero le guste hyung.

Vio como la sonrisa de YoonGi decaía un poquito, se preocupó.

— Lo siento Jimin, pero no me gusta el coco.

Jimin hizo un puchero ante el rechazo de su hyung, a la próxima preguntaría sus gustos.

— No sabía hyung, disculpe.

— No te preocupes, nunca te lo dije y tú nunca me preguntaste. Pasa, hora de hacer química.

Jimin asintió y entró al hogar del mayor.

Jimin estaba enamorado de YoonGi desde que estaban en la secundaria, más bien desde que él era su alumno y YoonGi su profesor de química. La diferencia de edad solo era por siete años, no era mucho. Y ahora que ya tenía la mayoría de edad, no dudó en matricularse en las clases que su hyung daba, sin importar su odio hacia la química.

Entre dulces y químicos | Yoonmin [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora