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Al otro día ninguna de las dos trabajaba, así que nos juntamos a la tarde. No sabía cómo empezar el tema y vos lo hiciste.

Me empezaste a contar tu historia y tenías la mirada media perdida.

A los 17 habías conocido a Marcos, el papá de Juan y al instante te habías enamorado de él, me dijiste que tenían dos años de novios y aunque vos notabas cosas extrañas de él, todo iba bien.

A los 19 se fueron a vivir juntos y te quedaste embarazada, lo dos estaban felices, o eso quisiste creer, hasta aquí empezó a tomar alcohol y volver cada vez más tarde a la casa.

Me dijiste que la primera vez que te golpeo estabas de ocho meses y fue solo una cachetada, de la cual a los segundos se arrepintió y lo perdonaste.

Después de que juan nació los golpes eran ocasionales, y siempre cachetadas.

Cada vez se fue tornando más violento hasta que ya fueron puños y cosas peores.

Te echaba la culpa del orden de la casa, que si el nene lloraba, de que llegabas de trabajar muy tarde y seguro lo ibas a engañar con una amiga tuya por que eras una puta y vos le dabas la razón. Hasta que cuando Juan cumplió seis años y le quiso pegar a él.

En ese momento agarraste tus cosas y cuando se fue a trabajar te fuiste a la casa de tus padres con tu hijo y les contaste todo.

Te siguió acosando y persiguiendo seis meses hasta que borracho choco a alguien manejando y lo mato.

Ahora estaba preso y esa era la única forma en la que te liberaste de el ya que la policía no te daba protección ni te hacia caso.

Me dijiste que ibas al psicólogo para tratar todo el daño que él te dejo.

Cuando terminaste de hablar estabas llorando y yo no estaba menor que vos, solo atine a abrazarte e imaginar las formas de, matar a ese hijo de puta.

Me pediste que no te mirara con lastima pero eso nunca. Lo único que sentía era tristeza y admiración.

Admire tu valentía de dejarlo y seguir adelante por vos y por tu hijo.

Admire tus ganas de seguir y tu s ojos brillantes.

Admire que a pesar de todo lo que pasaste estés dispuesta a empezar algo conmigo.

Y admire que sigas sonriendo como lo hacías.

Por qué Amapola, tu sonrisa brilla y enamora.

La Sonrisa De Amapola Donde viven las historias. Descúbrelo ahora