Daniela II

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Estimada Daniela,

Agradezco tu amabilidad al darme este consejo, pero tendré que revocarlo por el simple hecho de que un pintor a la edad en la que me veré pensionado, no podré hace más que una docena de cuadros, mientras en mi mente corre la idea que malgaste el obsequio de la vida en cumplir el sueño de otra persona.
Mis pensamientos solo se basan en que el significado de la vida no es un gran salario, ni un gran reconocimiento, sino el simple hecho de que cuando tenga una avanzada edad pueda sentarme en una silla mirando a un hermoso horizonte diciendo: "Valió la pena", y que no me vea diferido de elección alguna.
Aveces no suelo comprender a algunos jóvenes que veo pasar cerca a mi lugar de trabajo refiriéndose a el dinero como a una especie de supremacia macabra la cual domina todo su ser; o incluso desacreditando su esfuerzo para subsistir en está intensa, pero interesante travesía llamada vida, yo solo pienso que no saben que al final del túnel siempre existe la luz aunque aveces sea opaca o nula, existe, y mientras más te acercas a ella más la vez, de nada funciona ver el lado oscuro de nuevo cuando ya lo hemos vivido.
Me he visto en aprietos hace unos dias con mi supervisor por "manchar" ciertos contratos que van dirigidos a un congresista del otro lado del charco, así que ya he escapado de mi cautiverio en la ciudad, con el poco dinero que me queda puedo subsistir decentemente en una vieja casa de la zona.

Att: Peter Koblar

Un pequeño sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora