Mi pequeño lobo.

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HongJoong estaba en una celda con las manos y los pies encadenados, respiró varias veces más y ya sin poder aguantar su hijo empezó a empujar.

— JongHo... — dijo HongJoong empezando a llorar — JongHo no le hagas doler tanto a mamá — pidió en tanto se sentaba para hacer más presión en su vientre.
Respiraba varias veces en tanto recordaba lo que su madre le enseñó, se calmó lo mejor que pudo en tanto comenzó a empujar, su respiración estaba entrecortada pero aún así no evitó seguir empujando cada vez más fuerte y no podía aguantar más pero seguía haciéndolo por su bebé, empezó a llorar en tanto en voz alta pedía por Mingi.

— Una vez más...— dijo pegando un enorme grito de dolor antes de volver a llorar, cayó hacia atrás mientras su hijo lloraba entre sus manos, se acercó rápidamente a él y lo abrazó — no llores, no llores, harás que te oigan, bebé no llores.

— Así que éste es el bastardo — la voz que le miraba con reproche le aterró — Buena puta, te abriste de piernas para cualquier otro y no para mí.

— Este niño fue concebido con amor, cosa que tú no sabes — respondió HongJoong.

— Nunca sabes cuando callarte ¿no?— preguntó este mientras se reía de manera burlona.

— Dejen morir al niño. Lleven a HongJoong en mi habitación — ordenó — mejor aún, cocinenlo y sirvanlo en la cena.

El doncel negó para abrazar más a su bebé, quiso salir corriendo en ese momento, sólo quería salvar a su pequeño pero ahora estaba siendo arrastrado por el castillo del emperador mientras a lo lejos aún se oía a su bebé llorar.

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Mingi estaba como animal enjaulado, quería llegar lo más rápido que podía al pueblo, importándole muy poco lo que podía pasarle.

— Un licántropo!!— alguien le divisó mientras corría en el bosque, pero al demonio con esa gente sólo quería llegar hacia HongJoong.
Los caballos no se hicieron esperar, sabía que lo estaban siguiendo pero aún así no se ocultó ni una sola vez, todo lo contrario, rugió para  llamar la atención a propósito en tanto llegaba directamente al castillo.
Allí se encontró con los guardias y dejó su forma lobuna atrás, comenzó a caminar hacia ellos con los ojos cargados de furia, era persiguido a su vez por el pueblo y al mismo tiempo estaba entre los guardias.

— Dónde está el doncel y el bebé? — preguntó observando de manera fija a uno de los guardias, lo tomó del cuello apretandole cada vez más — ¿donde?
No necesitó respuesta alguna, puesto que el grito de HongJoong se oyó desde arriba — Yunho!— dijo Mingi entrando en caballo tras y tras él una manada de lobos.
Mingi no tuvo que hacer mucho más esfuerzo, los lobos le ayudaron a pasar y Yunho le extendió una espada para que hiciera lo que necesitaba.
Yunho silvó a los lobos y lanzó una pequeña bolita que estalló y los cubrió con un humo color rojo.

— Mi hijo es como yo ¿no?— preguntó Mingi en tanto subía las escaleras en busca de su chico.

— Sí, mi visión dice que usted ha pasado el gen del lobo a su pequeño — contestó antes de mirar hacia la cocina — vaya por el, yo iré por el niño — Mingi asintió para correr en busca de su HongJoong, siguiendo su olfato no tardó mucho en encontrarlo.
Abrió la puerta del emperador de par en par y se encontró con un escenario nada alentador. Su HongJoong yacía en la cama desnudo, atado de manos y el emperador sobre él.
No pudo con su furia, tomó al emperador del cuello clavando sus garras en su espalda.
— Quieto — ordenó apoyando su mano en su columna — HongJoong... — susurró clavando cada vez más hasta llegar a sus huesos, los tomó y arrancó de un tirón

— Ojalá que en el infierno tengas lo que te mereces.

Luego de esto y aún manchado de sangre se acercó a su doncel, al verlo sangrar y no saber de donde entró en desesperación, empezó a pedir por ayuda hasta que una joven entró por la puerta, no dudó en irse hacia el lobo y el joven.

— Yo lo recuerdo — dijo tomando a HongJoong entre sus manos, miró su rostro sonrió — esta vivo señor, aún esta... Emperador Mingi — dijo ella a lo que el licántropo sólo pudo responder con una mirada de extrañeza.
Yunho regresó con el bebé en brazos mirando a HongJoong.

— Yuna? — preguntó Yunho al ver a la chica —

— ¿quien es? — preguntó Mingi.

— Mi hermana — respondió Yunho — ¿qué pasa con HongJoong?

— Pues... Al parecer el emperador estaba enfermo y ahora HongJoong también — respondió Yunho. — Mingi ¡NO!

Antes de tratar de negar a lo que se le ocurrió, Mingi ya había clavado sus dientes en el pecho de HongJoong pasándole la maldición del Licántropo también a él, aunque más que una maldición era más una bendición para ese momento.

Se pusieron de pie, junto con la chica para salir del palacio, directamente hacia la morada de Mingi.

Luego de que llegaran, HongJoong fue puesto en la cama y también su bebé, dejaron que se alimentará del doncel y luego se fue a dormír a la cama de Yunho.

— Tú tranquilo mi amor, tú mamá va a estar bien — Yunho le dio su meñique a JongHo para que este lo tomara y se quedara en sus brazos en tanto iban a dormír.
Mingi se quedó con HongJoong y se recostó en su pecho oyendo su corazón.

— No vayas a dejarnos, te amamos — dijo Mingi quedándose dormido.
Sabía que HongJoong se iría a la mañana siguiente, debía ser así y debía controlar su nuevo don.
Cuando Mingi despertó se dio cuenta que HongJoong no estaba, a su lado estaba su bebé y desde la puerta Yunho lo miraba.

— HongJoong se fue al amanecer, dijo que te amaba y que cuides de su niño o volverá a matarte.— murmuró antes de dejar sólo a Mingi.

El doncel y el lican (MinJoong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora