Las mantas de mi cama me arropan a la perfección. Mi cuerpo esta caliente bajo las sabanas, que me dan ganas de no salir debido ah lo helado que esta. Ayer era un día soleado, pero hoy es un día frío y triste; lleno de nubes negras.
Ya son más o menos las diez de la mañana y papá llegará pronto. No quiero levantarme, pero lo tendré que hacer me guste o no.
Con un bostezo y tallando mis ojos con mis manos me levanto lentamente. Una corriente de aire golpea mi cuerpo, haciéndome abrazarme a mi misma.
Camino hacia el baño, viendo mi reflejo en el espejo de marco rojo en el baño.
Mis cabellos negros están revueltos por todas partes, mis mejillas un poco rojas, junto con mis ojos que se ven llenos de suelo y cansancio.
Lavo mi rostro en aproximadamente unos cinco minutos, para después meterme en la ducha y dejar caer el agua sobre mi cuerpo desnudo, sientiendome relajada; sintiendo mi cuerpo bajo el agua cálida.
Después de unos diez minutos bajo el agua decido salir de allí e ir a vestirme.
Me visto con una camiseta negra, jeans negro un poco ajustados, una chaqueta blanca ensima de mi camiseta para cumbrirme del frío, y unas botas cafés altas.
Mi cabello esta mojado, goteando un poco. Con la toalla me lo seco para poder sacar esas gotas de agua que caen en el piso.
Después de dejar la toalla que usé, la dejó afuera para que cuando salga el sol se pueda secar con sus fuertes rayos.
Comienzo a caminar hacia la Sala de estar, pero sorprendentemente todo está en silencio y no hay ningún ruido. La casa esta en total silencio, me sorprende que Jona y mi madre no estén en la sala de estar.
—¿Mamá? ¿Jona? —pregunto alzando la voz en medio de la sala de estar. Nadie me responde. Supongo que salieron, pero me parece un tanto extraño ya que hoy mi madre dijo que permanecería en casa todo el día debido a que esperaría la llegada de mi padre. Y Jona no sale mucho, pues tiene a penas nueve años y mamá no lo deja salir mucho.
Me siento en el sofá rojo.
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Doy un bostezo y estiró mis brazos.
Unos golpes en la puerta me sobre saltan. Los golpes son cada vez más fuertes.
Con ceño fruncido me levanto del sofá y me acercó a la puerta. La abro y mi madre aparece un poco asustada y toda despeinada. Quizás el viento la despeino, pues afuera el viento esta salvaje.
Mi madre me hace a un lado y entra rápidamente. Cierro la puerta tras ella y abro la boca para hablar.
—¿Mamá, qué pasa? ¿Y Jona? —pregunto, pues Jona no está con ella. Ella se da vuelta y sonríe.
—El esta con Hans, su amiguito. Y no me pasa nada, simplemente estaba en casa de Noora. —asiento aún con el ceño fruncido. Me parce muy extraño, ya que ella siempre dice que Hans es mala influencia para Jona y no lo dejaba jugar con el y hace bastante tiempo que ella no tiene contacto con Noora, quien es su amiga o algo así.
Decido no preguntarle más, pues no e a muy probable que me responda, seguramente va inventar cosas. Siempre que sé que le sucede algo ella me responde con un "Nada". Así que no tiene caso preguntarle.
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Papá ya llegó. Estoy entrando a su Oficina que se encuentra aquí en la casa. El tiene aquí una Oficina, pues le parece importante tener que estar en todo momento en contacto con su trabajo.
Abro las puertas de madera de su Oficina. Entró a esta a paso lento, obvservando el ceño fruncido de mi padre y la concentración que le muestra a unos papel que esta leyendo.
El, al percatarse de mi presencia levanta la vista y se saca sus lentes que tenía puestos para poder leer mejor. El me da una sonrisa de boca cerrada.
—Hija —me saluda el. Fuerzo una sonrisa y me siento en una silla frente a su escritorio. El entrelaza sus manos sobre el escritorio y procede ah hablar. —¿Qué necesitas? —pregunta intrigado.
—Nada, simplemente vine a visitarte a ti Oficina. —digo en tono bajo. El me mira, pero parece muy estresado. —¿Qué pasa, papá? Te ves muy estresado. —el asiente y estira sus brazos.
—Es que recién eh llegado y ya tienen un reporte sobre dos desapariciones. —el se talla los ojos. Que raro... Desapariciones... — Una fue el Lunes y la otra el Viernes — que mierda. Es rarísimo.
— Y... ¿No se sabe nada de el paradero de las personas que desaparesieron. —el niega con la cabeza. —¿Me prestas el reporte, por favor? —el mep tiende en las manos dejame expuesta mucha información.
Comienzo a leer y dice así:
Este Lunes se reporta la desaparición de una chica de 15 años, Marina Lovecraft. Sus padres aseguran que ella iría a casa de su amiga Michelle, pero esta asegura que ella nunca llego. Marina, le había comentado a sus padres que regresaría a su hogar a las ocho de la tarde, pero jamás llegó. Su madre fue con quien compartió Marina sus últimas palabras. No se sabe nada más de ella.
Se le ha preguntado a muchas personas si han visto a la joven Marina, pero no, todos aseguran no haber tenido contacto con ella antes de la desaparición.
Ella iba vestida con una camiseta amarilla de mangas cortas, jeans azules y gastados, y botas cafés cortas.
Aún se sigue preguntando a la gente si la ah visto.
Con ceño fruncido cambio de hoja para ver el otro reporte.
Este Viernes la joven Keila McQueen ha desparacido. Se afirma que ella asistió a sus clases de karate y se supone que debía llegar a las seis de la tarde, pero pasan los segundos, los minutos, incluso las horas, pero ella no llegaba.
Su madre dice que si ella si hubiese ido a otro lugar le hubiese dicho a ella, pero jamás le dijo algo.
Su entrenador de karate, afirma que Keila se había ido a las cinco y media del entrenamiento,( que esa era la hora en la cual el entrenamiento finalizaba.)
Después de eso nadie tubo contacto alguno con Keila.
La joven iba con unos shorts de mezclilla, camiseta de mangas cortas de color negro y zapatillas negras.
Dejó los informes sobre la mesa. Me ah dejado impactada. Al leer el primer reporte recordé que ví algo en el río.
—Papá — el me mira atento, debió haber notado la alarma en mi rostro. — el Martes yo fuí al río que queda en el bosque —el me hace un gesto para que prosiga. Me relamo los labios. — Y entonces me pareció ver algo extraño, por lo que me acerque a ver que era, y era un camiseta amarilla, pedazos de jeans azules desgastados y unas botas negras. También había ropa interior rota. —el abre los ojos con sorpresa.
—¿Es enserio? —se levanta de su silla rápidamente esperando una respuesta.
—Sí.—el, ante mi respuesta, levanta el celular del escritorio y se apresura a llamar a alguien.
—Bill, te tengo noticias. —dice el y saca su abrigo. Sale de su Oficina para que yo no escuche la conversación.
A los dos minutos vuelve a la Oficina y me dice esto:
—Necesito que me acompañes al río. —yo me dedicó a mirarlo sin saber que decir
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Daga
Teen FictionEmpiezan a ocurrir asesinatos en Rain, una ciudad no tan calmada, pero que jamás habían ocurrido asesinatos de tal magnitud como los que están a punto de suceder. Comienzan a ocurrir asesinatos, pero la policía lo deja pasar. La más interesada aquí...