Siempre, de toda la vida, me habían gustado las criaturas de la oscuridad, especialmente los vampiros. La gente les dibuja como seres horribles pero nunca saben como son de carácter. Podían ser feos y tener un corazón de oro. O podían ser...
Nunca...
Me desperté en una habitación lujosa. Admiré a mi alrededor. Pero estaba sola. De repente una chica muy sexy que tenía pinta de vampiresa me dejo un vestido muy antiguo a los pies de mi cama.
-¿Que? Ni que hubieras visto un fantasma.
Y se fue riendo. Me levante de la cama me duche y cogí el vestido. Yo estaba en ropa interior, como me había despertado. A mi siempre me habían gustado los vestidos antiguos por lo que no tenía problema en ponerme uno así. Ni siquiera me preocupé por mi propia ropa.
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Es increíble que el vestido sea de color rosa... Como a mi me gusta. Será casualidad. Me pregunté que hora es. Quise abrir la ventana pero era de noche. Mire mi reloj. Ponía que eran las 00.00 AM.
-¡JODER!-Grité. Tenía que encontrar a Ángela fuera como fuera.
Salí corriendo, con un peinado clásico de aquella época. Me tropecé y caí a los pies de alguien que también estaba vestido como yo. En este caso era un hombre. Él me levanto con delicadeza.
-¡Señorita! No vayáis tan rápido por favor.
Le hice una reverencia y le dije:
-Hola señor. ¿Tengo el gusto de conoceros?
-Mi nombre es Versalles. Y por ahí bien mi hijo Luis. Luis XVI.
-Le veo muy gallardo. ¡Pero esperad! ¿Qué hago aquí? ¿Que soy yo y donde estoy?
-Soy Versalles, el propietario de este castillo. Me lo regaló mi mejor amigo el conde Drácula.
-¿Lo habéis conocido?
-Pues si. Vivía en el palacio de Versalles con el nombre de Luis XV. Pero me cambié de nombre cuando me tuve que mudar por la repentina y misteriosa muerte del conde...
El hijo de Versalles era muy guapo.
-Y decidme... ¿No habéis visto a otra chica como yo?
-¡Pues sí! Precisamente estaba tomando el té con Lady Ángela...
-Lady Áng...
-Si si si. Ella.-Él no paraba de parlotear- Una mujer preciosa.-Me miró, me sonrió y suspiró- Le comenté que hoy tendríamos visita del duque John Linad. Y antes he suspirado porque ahora que la miro la veo... Hermosa.
-¿Como la luna?
-No, la luna es horrorosa. La luna refleja la luz del sol y por eso nos quema también.
-Creía que como ponía en el libro "Ocultos bajo la luna" un libro sobre...-Me sonrió enseñando sus terribles colmillos-¡Sois un vampiro!
-Si. Y me encuentro muy solo. Tu amiga, Lady Ángela esta muy loca...-Y remarcó la palabra "Ángela" usando un acento inglés, por mucho que el vampiro fuera rumano.- Y no os asustéis si os digo que tengo 240 años. Para un vampiro eso es ser joven. Pareces de mi edad.
-¡Pero miradme, Luis, no veis que yo no soy vampira!
Automáticamente, al escuchar esa frase salida de mis labios, cogió un pergamino enrollado que tenía la fecha de hoy. Parece de hace unas horas...
-Escuchadme, ¿cual es vuestro nombre?
-Nastia.
-Lady Nastia, permitidme que os cuente una historia. De cuando os conocí.
