Cap 3. Transmigración

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Al abrir los ojos, aquel hombre tuvo que parpadear muchas veces para acostumbrarse a la luz del sol. Sostuvo una mano sobre sus ojos para protegerse de los intensos rayos matutinos, y se quedó mirando la mano grande, bronceada y con venas prominentes que se alzaba frente a él. Cientos de gotitas de brisa perlaban todas sus blancas ropas y cabello. Inhaló muy fuerte varias veces. A lo lejos, podían oírse las aves que volaban en busca de alimento. El viento tronaba en sus oídos, y el sonido del batir de alas de algunos insectos competía con éste. Entonces, una lágrima rodó por su mejilla que recién comenzaba a calentarse.

Lo hice...


Durante la madrugada, el alma de Mo XuanYu se había sentido fuertemente atraída hacia una montaña en especial; sintiendo una mezcla entre curiosidad y miedo, se dejó llevar.

Hasta donde llegó, un punto en la cima, vio el cuerpo de un hombre que yacía sobre la hierba crecida. No había nada de energía de resentimiento, arrepentimiento u odio; sólo podía sentir tranquilidad viniendo de él, la misma que debió sentir aquel hombre al momento de perecer. No percibió el sentimiento de que esa persona hubiese dejado algo pendiente, por lo que seguramente su alma había logrado trascender en paz.

Esta era oportunidad, era la señal que había estado esperando. Elevando una plegaria, rogó porque lo que estaba a punto de hacer trajera algo bueno para él, y con este deseo en su corazón, tomó el cuerpo que yacía frente a él.


Mo XuanYu caminó por tres días hasta llegar al oeste de Yunmeng. Durante su viaje sólo había comido frutas y cosas que encontraba en el camino como semillas y algunas hojas que reconocía como comestibles. Su nuevo cuerpo se sentía bastante debilitado y estaba deseando tener una buena comida, así como dormir sobre una cómoda cama y no bajo algún árbol como llevaba haciendo estos días, pues su espalda había adquirido un permanente solor sordo. El cuerpo que había tomado era realmente fuerte, y aunque esbelto, era de músculos tonificados, pero aún así notaba que estaba adelgazando.

Caminó un par de horas más hasta que decidió tomar un descanso, pues el sol brillaba tan intenso que quemaba la piel y el calor sobrecogedor lo agotaba más. Se salió del sendero principal. A unos cuantos minutos encontró un pequeño claro. Árboles de gruesos troncos rodeaban la zona y dejaban filtrar entre sus hojas apenas algunos rayos de sol. El ambiente ahí se sentía muy fresco, convirtiéndolo en el lugar ideal para tomar un merecido descanso. Se acostó sobre la hierba, las sombras de los árboles proyectándose por todo su cuerpo. Puso sus manos detrás de su nuca formando una improvisada almohada y cruzó las piernas.

—Ah, por fin algo de paz— murmuró para sí.

Sus respiraciones bajaron de ritmo, pues comenzaba a quedarse dormido. No se resistió, cediendo al sueño que se estaba apoderando de él. Abrió los ojos después de un indeterminado tiempo. Al ver lo que había frente a él, se arrastró hacia atrás impulsándose con manos y pies.

—¡¿Qué?!— Preguntó alterado mientras señalaba con el dedo.

—¿Yo?— Dijo un joven apuntando su propio pecho con su dedo índice. —Perdón por asustarte, no era mi intención.

—No, es que...— Mascullaba Mo XuanYu dubitativo. —...hacía mucho tiempo que no veía a nadie.

—¿Huiste de casa o algo así?— El joven ladeó la cabeza, curioso. 

—No. Lo siento...— Mo XuanYu examinó con la mirada al hombre frente a él, y por sus ropas se dio cuenta de que era un cultivador de la secta Yunmeng Jiang. El joven vestía una larga túnica en tonos morados, y llevaba a la cintura un cascabel de purificación sobre su grueso cinturón. A pesar de estar sentado, se notaba que era muy alto y esbelto, llevaba el cabello recogido. Su rostro era juvenil y alegre, pero tenía un encanto bastante varonil.

Una nueva oportunidad para el desventurado (Mo XuanYu) - Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora