9. Adios

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Una semana con castigos, el profesor de herbología y jefe de la casa Gryffindor les dio algo así como un horario.

Lunes: pulir todos los trofeos sin magia.
Martes: acompañar a Hagrid al bosque prohibido.
Miércoles y jueves: diez horas de castigo en el despacho de Longbottom.
Viernes: limpiar las cocinas sin magia.
Sábado: No habrá quidditch (James se quejó una hora por esto).
Domingo: faltarán a la excursión a Hogsmeade.

-Son algo así como los trabajos de «Horcúles» ¿no crees? -bufó James.

-Se dice «Hércules», James -corrigió Lily.-además es tu culpa, ¡no debiste subir al dormitorio de las chicas!

Y así era, a diferencia del tobogán en que se convertían las escaleras de Gryffindor, en Ravenclaw se activaba una especie de hechizo que hacía que la torpe águila dijera los nombres de los chicos que habían pasado por ahí, y como Lily iba con él, mencionaron los dos nombres. Ahora Lily tenía una enemiga completamente declarada, genial, iniciando séptimo curso tenía a esa tipa detrás, (por lo que debía estar en guardia), y siete días de castigo.

Lunes:

El celador, Filch, dirigió a los chicos al salón de trofeos para cerciorarse de que cumplirían el castigo, mientras murmuraba algo como "tortura para que no hagan líos" los chicos ignoraron completamente sus protestas aunque iban muy callados.

-Y recuerden que no pueden usar nada de magia -repitió Filch una vez llegaron ahí.-para que sepan lo que se siente, niñatos revoltosos.-murmuró antes de salir.

Los muchachos comenzaron su tarea sin usar nada de magia. Lily ya no sentía las manos y el cuello le dolía, estaba muy cansada y aburrida. James jamás pensó que diría eso, pero prefería estar haciendo sus deberes a estar castigado.

Y así pasaron buena parte de su tarde-noche, para después irse a hacer tareas y descansar.

El martes no fue tan malo, en realidad, fueron con Hagrid y pudieron ver unicornios y fue muy divertido. El semi-gigante también les invitó unas galletas y té.

Miércoles y jueves se la pasaron acomodando archivos alfabéticamente (revueltos a propósito por el profesor).

El viernes tampoco fue lo peor, los elfos domésticos de Hogwarts no permitieron que los muchachos laven más de tres platos, luego de eso les dieron pasteles y tarta de melaza, acompañado con zumo de calabaza.

El sábado fue otra historia, James estuvo muy decaído y Gryffindor tuvo su primera derrota, contra Ravenclaw, lo que a Alexandra le vino muy bien.

Domingo:

-¿Por qué estaría tan mal que te gustara tu mejor amigo? -preguntó Cassie, que aceptó quedarse en Hogwarts con su mejor amiga, James se había desaparecido.-creo que no hay nada malo en eso.

-Te diré tres razones, uno: ¡es mi mejor amigo! dos: sus labios besaron los de Howard y tres: ¡es mi mejor amigo! -enumeró Lily cada razón con los dedos y repitiendo la primera.

-No está nada mal, Lilianne -la reprendió su amiga.-sería bueno, seguro que le gustas también.

-No me gusta, Cassandra, en serio.

-Contéstame, ¿lo necesitas a cada momento? ¿lo perdonas demasiado rápido? Debes saber que una respuesta te lleva a la otra -Lily la fulminó con la mirada, sólo porque tenía razón.-¿ves? Lo perdonas demasiado rápido y eso es porque lo necesitas, no puedes odiarlo porque lo amas.

-Estás loca, y ya mejor hablamos de otra cosa que no tengo ganas de hablar de un tema sin sentido.

* * *
-¡LILIANNEEEEE! -la mencionada saltó de la cama y se estrelló contra el suelo, el chico que le gritó comenzó a reír a carcajadas y Lily lo fulminó con la mirada.-vale, lo siento.

Potter, eres un idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora