Era un día más en el Jam&Roller, Simón trabajaba como de costumbre. Estaba desanimado, una vez más, por su ex novia. No quería hablar con nadie ni que lo molestaran. Deseaba que no viniera nadie pero eso claramente fue imposible. Llegó Ámbar, Emilia y Benicio. La rubia lo miró y bajó la vista, sentía más amor del que creía y ella lo sabía pero no iba a mostrarle eso a los demás y mucho menos a Simón.
—¿Van a querer algo? -se acercó el mexicano a la mesa en la que estaba el grupo de amigos. Él la miró con tristeza, quería irse y que Nico los atienda aunque estaba ocupado con otras cosas.
—Yo quiero que te vayas, no sé ustedes -dijo Benicio, dirigiéndose a sus dos amigas. Simón suspiró tratando de controlar la furia que estaba sintiendo.
—Yo quiero un jugo de naranja y también que te vayas -dijo victoriosa Emilia, mientras chocaba los cinco con el italiano-. ¿Y tú Ámbar? ¿Qué quieres? -Simón la miró esperando una respuesta, esperaba no decepcionarse otra vez con lo que ella diga. Ámbar estaba en una situación realmente complicada e incómoda. Lo único que quería era que Simón esté con ella y la besé como aquella vez en el parque pero no, no iba a decir eso.
—Agua mineral -dijo sin mirarlo, él suspiró aliviado y se fue a servir lo que le pidieron anteriormente.
—Tenías que decir que querías que se vaya -exclamó Benicio, enojado.
—¿Se pueden ir? Quiero estar sola -sus compañeros se fueron pero llegó él con la bandeja y el jugo de naranja y el agua mineral.
—¿Y tus amigos? Yo no preparé esto en vano -dijo extrañado al ver sola a la rubia.
Ella no dijo nada y lo miró, inspeccionando cada partecita de su cara. No encontraba nada que no le gustara, tenía una fisionomía que no iba a encontrar en ningún lado y era consciente de eso. No quería perderlo, no iba a hacerlo. Iba a recuperarlo de la manera que sea.
—Se fueron, ¿te da miedo estar solo conmigo? -dijo desafiante y provocadora, a Simón le encantaba y cada vez más- Sentate, no muerdo.
—¿Qué quieres, Ámbar?
—Hablar con vos, ¿o mi primita no te deja? -ella rió, él no. Odiaba que hable en tono de burla de su mejor amiga.
—¿De qué quieres hablar? ¿De lo mal que me trataron tus amiguitos?
—De nosotros, Simón -lanzó ella.
—No hay nosotros.
—Ay, ¿por qué sos así? Me sorprendes cada vez más.
A Ámbar le dolió ese no hay nosotros. Sólo se hizo la fuerte adelante de él, por dentro estaba sufriendo y mucho.
—¿Será porque me decepcionaste?
—¿Yo?
—Sí, tú.
—¿Cuándo te vas a olvidar de eso? Ya está, ya pasó.
—No, no pasó porque me afectó muchísimo.
—Cómo insistís. Igual sé que te gusta estar conmigo.
Simón solo la miró, ¿qué está diciendo? Tenía toda la razón del mundo, él quisiera estar besándola en este preciso instante porque ella es su lugar. Igualmente no iba a aceptarlo, quién sabe por qué, pero no estaba dispuesto a hacerlo, no hasta que ella cambie de actitudes para con él.
—Ya no quiero hablar más de esto -dijo dejando las bebidas, se dispuso a irse pero la rubia lo detuvo.
—¿En serio ya no me querés? Decimelo así dejo de esperarte y me busco un nuevo amor -dijo Ámbar soltando a aquella chica sensible, esa era la Ámbar que Simón amaba. ¿Por qué no podía ser siempre así?
—¿Me estás esperando?
Ámbar se quedó en silencio, pensando en por qué dijo eso. A él, ese silencio le confirmó que sí, que lo seguía esperando.
—Todavía me amas, Ámbar.
—No dije eso, no me cambies la conversación.
—Si no es así, mírame y dime que no sientes nada por mí.
Él la miró intimidándola, haciéndola sentir nervios. Ella le dió un beso en el cachete y se fue. Simón sabía que ella seguía enamorada, él también lo estaba. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué no están juntos? ¿Por qué no podían amarse en paz? ¿Qué era lo difícil? ¿Dejar el orgullo de lado? ¿Cambiar? ¿Por qué? Realmente, ni ellos saben la respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Nadie. - s i m b a r
FanficNadie podía opinar sobre lo que ellos sentían porque nadie los entendía. Nadie iba a reparar su corazón, solo ellos. Nadie. Ellos.