Para su suerte, la mansión era lo suficientemente grande como para no ser visto al salir. Hizo lo primero que se le ocurrió, que no fue otra cosa que salir volando por la venta, si tenía suerte y podía regresar sin contratiempos, podría decir que se perdió en los laberínticos pasillos de la casa o simplemente no regresaría y diría que no quería molestar.
Cruzó la ciudad de Gotham buscando la causa de que Batman fuera requerido, no le costó mucho después de lograr ver el Batmóvil aparcado por ahí. Un par de calles más allá estaba Batman deteniendo al pingüino mientras muchas más personas huían de lo que parecía ser una fiesta de la alta sociedad. Quería bajar y ayudar, pero todo estaba ya bajo control, quizá había llegado demasiado tarde.
—¿Superman? —Una vocecilla conocida sonó detrás de él. Se giró para poder ver a Robin parado sobre la pequeña terraza — ¿Qué haces aquí? —Su pregunta era más una duda que una interrogación molesta, como lo podría haber dicho Batman.
—Estaba por aquí y pensé en…
—¿Qué haces aquí? —Esta vez la pregunta sí le causó un cierto escalofríos, pero cualquier cosa podría cambiar de dulce a aterradora cuando era Batman quien la estaba diciendo.
—Estaba por aquí y…
—Nadie te ha dicho que vengas —Casi podía escucharlo gruñir bajo la máscara. Era tan idiota, a pesar de que sabía que nunca era bien recibido por el otro, no podía evitar meterse en sus cosas.
—Venga, hombre, es Superman —La voz más infantil interrumpió el breve silencio de incomodidad, haciendo que los dos mayores lo miraran — Superman puede ir donde quiera —Y lo vio cruzarse de brazos en una especie de protesta que se le hizo adorable, sin embargo, el otro no parecía ni lo más contento porque se dio la vuelta con la intención de dejarlos, mientras que Robin le hacía caras raras como disculpando la actitud de ¿Su padre? ¿Tutor? Ni siquiera podría imaginarse a Batman siendo padre.
Aunque pensándolo mejor, si Batman tenía un hijo eso significaba que detrás había una esposa, una familia y demás. Nunca se sintió tan estúpido pensando que pudo haber conquistado a un padre de familia. Quizá debería dejar de meterse en asuntos que no le importaban y regresar a la mansión con Bruce, al menos él sí parecía prestarle atención, y, lo que más le importaba, tenía una oportunidad de algo.
Escuchó el latir del corazón de Batman, estaba en ese momento desbocado. Por la acción, tal vez. Sin embargo, no podría estar más equivocado, por la mente de Bruce solo pasaba la imagen de Clark, por un momento había olvidado lo que sucedió la otra noche ¡Maldición! Todo era una especie de maldito espiral, jugar con Clark, pero ser un capullo con Superman. Estaba terriblemente tentado a decirle la verdad, en el fondo sentía que jugaba con uno y con otro. Suspiró. ¿Y si a Clark no le hacía gracia el secreto? Porque estaba ocultando el hecho de que sabía que él era Superman, pero lo importante era ¿Superman estaba bien con Batman? Siempre fue lo suficientemente tosco con todos como para no ganarse la amistad ni confianza de nadie ¡Oh, dioses!
Era mejor callar, mientras Clark menos supiera, menos tendría que explicar y arrepentirse. No se dio cuenta que sus pensamientos le habían detenido hasta que Robin chocó contra él de espaldas. Lo miró con el ceño fruncido pero este lo ignoró porque simplemente seguía despidiéndose con la mano del hombre de acero.
—Deberías invitarlo a la cueva algún día.
—Totalmente denegado.
Clark regresó a la mansión, entró de manera furtiva de nuevo al dichoso comedor, que para su suerte, seguía vacío. Tampoco había visto a nadie más entrar, porque claro, antes se aseguró de que nadie más estuviera cerca, solo vio merodear al mayordomo pero no le pareció el mayor de los problemas. Así que estaba allí, observando el fuego de la chimenea como si fuera lo más interesante de la habitación cuando la puerta abriéndose lo hizo saltar.
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El latido
FanfictionSuperman ama a Batman, pero, por razones del destino termina en la cama de Bruce Wayne.