El aroma del prado

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Año 2050, las maquinas están por todos lados y el aroma del aceite se puede oler a cada paso que das, todo es gracias a modernización de los robots, los cuales han remplazado al ser humano en toda área de trabajo, siendo una mano de obra más barata y eficiente, por lo que su uso más común, es, en la construcción y reparación de otras maquinas de trabajo más pesado y el envío de productos a distintos sitios, automatizando, claramente, la gran mayoría de campos del entretenimiento y la comodidad, sirviendo, también, como robots mayordomos en casos particulares, todo en el mundo a sido reemplazado por una pieza de metal que ocasionalmente chorrea aceite y que, cuando se rompe, es más rentable tirarlo a la basura y guardar las piezas esenciales, que repararlo, en un mundo hace falta gente con ganas de vivir, de levantarse y decir basta, de alzar su voz y gritarle a todos, las verdades que nadie quiere escuchar, pero, que de igual manera, saben, sin embargo, no hay nadie así, solo mecánicos, ingenieros, informáticos entre muchos otros "obreros" promedio que están lo suficiente mente ocupados sobreviviendo y manteniendo a sus familias, como para preocuparse por el continuo avance de la tecnología. Una de esas trabajadoras es Ramona, una chica de cabello negro y largo, tez blanca y ojos negros detrás de unos lentes rectangulares, abandonada por su padre a los 7 años desarrollo un profundo odió por los hombres, a raíz de ello, su madre Carmen enfermo y tuvo que cuidarla, fueron 5 años muy duros para ambas, pero Ramona se hizo fuerte, todo por que ella creía tener la responsabilidad de cuidar de su madre, por ello trabajo en lo que fuera con tal de ganar un poco de dinero, acercándose así al mundo de la tecnología y por lo tanto, de la informática hasta que Carmen se encontró con un hombre amable y gentil que las ayudo, su nombre es Fernando, al principio Ramona se mostró defensiva ante el, proponiendo le a su madre que dejara a ese hombre, pero, tras un par de años ayudándolas económicamente, Fernando y Carmen tuvieron una hija, Lili, una niña rubia al igual que Fernando, Ramona acepto la situación, gracias a que en esa familia, veía algo que proteger, aunque, eso no quiere decir que le agradara mucho.

Han pasado 12 años desde el nacimiento de Lili, tanto Fer como Ramona trabajan, mientras que, Lili recibe estudios particulares por parte de su madre,  Fernando trabaja en un pequeño taller en donde se reparan robots y otro tipo de maquinaria, aunque rara vez consigue clientes, por otra parte, Ramona trabaja para una gran empresa que fabrica robots que después, vende a compañías externas, ella es una de los tantos encargados de escribir el código de maquinas particulares, dependiendo de las necesidades de los clientes, hoy como cualquier día se encuentra trabajando en su cubículo cuando llega un compañero del trabajo a saludar- Que tal Ramona -Es Mike, un tipo irritante, más que la mayoría, que intenta a todas luces conquistar el corazón de Ramona, sin mucho éxito al parecer- Que quieres Mike, estoy muy ocupada -Ya se a vuelto una rutina lidiar con Mike y su carácter simplón, su necesidad de ser el payaso del lugar es muy conocido por todos en la empresa, y odiado por la inmensa mayoría- ¿Que haces? ¿Estas codigorriendo? -Esos chistesitos sin gracia, hacían que Ramona volteara los ojos para atrás, estaba tan harta de el como los demás- Voy a tomar mi descanso ahora -Mike se interpuso entre ella y la puerta- ¿Quieres compañía? -Ramona lo empujo a un lado- No -Una respuesta sencilla pero contundente, *Por fin, un momento de descanso, estúpido Mike, estúpida lista de clientes particulares* Ramona se sentía aliviada, pues tenía al menos 30 minutos de descanso y tranquilidad, 30 minutos que utilizaría para fumar y relajarse, en ese momento de victoria personal a Ramona se le apareció alguien que le arruinaría su gozo, era Don Omar el jefe del plantel- Oh, Ramona, aquí estas, veras tengo algo que pedirte -Ramona parecía saber lo que seguía, ya le había pasado y se notaba en su cara de preocupación- Lo siento Omar pero quisiera tomar mi descanso... -Fue detenida por la suplica de su jefe- Por favor Ramona, el director de la compañía de envíos quiere una docena de robots para mañana y dice que le agradan los resultados de tus trabajos, además, los informáticos que pueden hacer un trabajo tan impecable como el tuyo se encuentran descansando -Ramona lo miro, parecía un cachorro pidiendo caricias- Por favor -Ramona suspiro- De acuerdo -Don Omar se lo agradeció con un abrazo y después se fue- Ah volver al trabajo, yupi... -Ella se quedo hasta tarde trabajando, por lo que, regreso a casa en la mañana, en ese punto, su madre se encontraba muy preocupada de que no regresara, pero regreso, regreso con unas ojeras terribles y una cara de agotamiento, propia de un universitario.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2020 ⏰

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