La Terminal.

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-¡Linda! ¿Cómo fue que lo lograste? -Preguntó Billy asombrado.

-Ya habrá tiempo para explicaciones, suban a su caravana que nos vamos hacia nuestro refugio. Estamos alejados de todo lo que alguna vez ocupó la sociedad. Es una terminal cerca de la costa, sigannos. -Respondió Linda preparando a su caballo para iniciar viaje. Todos los demás la siguieron.

Durante el viaje Maggie fue quien manejó, estaba seria y en silencio, Vicent trató de acercarse.

-¿Te sucede algo Maggie?

-No, estoy bien...sólo quiero mantenerme concentrada en el camino. -Respondió ella. Vicent no hizo otro intento ni envió a alguien más a hablar con ella, casi todo el viaje fue en silencio dentro de la caravana.

Tres horas después...

Los ojos de Maggie quedaron totalmente abiertos, demostrando lo perpleja que estaba cuando vio desde afuera el refugio que les había mencionado Linda. Una lágrima cayó por su mejilla.

-¡Bajen todos! -Gritó Linda bajándose de su caballo.

Vicent tomó a Ivonne en sus brazos y la ayudó a bajar, detrás de él bajaron todos los demás. Maggie tenía a Chloe dormida en sus brazos y estaba algo shockeada aún. Su hermana Mary se acercó para susurrarle algo al oído.

-No te pido que confíes con los ojos cerrados, pero esto es real, date permiso de disfrutarlo. Hazlo por tu hija y por mi futuro bebé. -Dijo con una sonrisa esperanzadora.

Maggie miró a la pequeña Chloe quien se estaba despertando y a su manera le pidió a su madre que la suelte, y así ambas fueron las primeras en entrar de la mano. Pasando la puerta se encontraba Linda quien los abrazó a todos, menos a Billy a quien vio agarrado de la mano con Mary. Lo había entendido todo.

La entrada del lugar era amplia, sus rejas estaban tapadas con acoplados de los trenes fuera de servicio, lo que le daba más resistencia y seguridad. El portón de reja era amplio, más que el de la quinta donde se hospedaban antes. Luego era una especie de gran pasillo, cubierto con techo hecho de chapas, cruzando ese pasillo amplio había un gran patio central, rodeado por un edificio de oficinas, un buffet abandonado que se encontraba en reformas, una gran puerta hacia una huerta, un centro de boletos que fue transformado en comedor y un sector de baños.

Los otros tres soldados que habían acompañado a Linda en la búsqueda del fallecido joven, se quitaron sus cascos, se trataba de dos hombres y una mujer de pelo corto.

-Chicos, ellos son los que me rescataron hace unos meses. Marcel es el de pelo negro con rulos, es francés y era un gran entrenador de karate. El de al lado se llama John, es muy apuesto, él era colaborador de organizaciones no gubernamentales, por lo tanto es el cerebro de la distribución aquí dentro. La chica se llama Helena, es bastante silenciosa, sólo sabemos que es un arma mortal con su fuerza. Trabajó como seguridad de varios senadores. -Relató Linda presentando a alguno de sus nuevos amigos.

Entre medio de los cordiales saludos y presentaciones, Marcel quedó asombrado por la belleza de Maggie, a quien saludó con un beso en la mano, tratando que quedar como caballero.

-Mi nombre es Marcel Vignon, es un placer conocerla, señorita.

Maggie no pudo evitar sonrojarse, pero trató de mantener la compostura. Seguido a eso, aparecieron más personas, a quienes Linda también presentó.

Estaban Abigail, una joven de veinte años muy simpática y con una apariencia hippie, también estaba Evelyn, una mujer de treinta y tantos, afroamericana, en el pasado era abogada. Seguía Paul, un joven de dieciséis años, tímido y gran amigo de Abigail. También estaba Samuel Evans, estudiante de arquitectura, tan sólo tenía veintidós años. Por último se encontraba Violet Rowe, una chica de veinticinco años, también dedicada a la arquitectura.

Luego de muchas presentaciones, Maggie fue la encargada de pisar fuerte dentro de terreno ajeno.

-¿Se supone que no tienen un líder aquí? -Indagó.

-Yo.

Maggie no quería voltear, sabía que se trataba de Marcel, quien iba acercándose a ella haciéndose el galán.

-Espero que podamos llevarnos bien y podamos lograr que este lugar siga adelante. -Agregó Marcel y extendió su mano hacia Maggie, ella le tomó la mano e hizo un sacudón fuerte.

-Disculpen que interrumpa, hay muertos acercándose por la costa, por la parte trasera de la terminal, debemos ir a detenerlos. -Dijo el joven Paul, encargado de vigilar los alrededores de la terminal. Todos corrieron hacia allí menos Ivonne, Mary (quien se quedó con Chloe a pesar de el llanto de ésta) y la joven Abigail, del nuevo grupo.

Había algo así de veinte muertos andantes que costeaban La Terminal, ambos grupos unieron fuerzas y comenzaron a matarlos, todos tenían muy buenos movimientos.

Dentro de La Terminal, Ivonne como pudo, comenzó a caminar para recorrer los alrededores del patio central del lugar, algo misterioso le llamó la atención. Había agujeros de balas en una de las paredes, no parecían muy recientes, pero tampoco muy viejos. Quedó preocupada y no le informó nada a nadie.

Maggie estaba con uno de sus machetes matando a los infectados pero vio que detrás de los que ya habían matado, venían una docena más.

Matt corrió para salvar a Samuel, ya que uno de los muertos estaba por morderle el tobillo. Saltó sobre su nuevo compañero de grupo y cayeron en la arena, lo único malo era que Matt había caído mal dando su cabeza contra una roca y quedando inconsciente.

-¡Ya, Evelyn, Samuel! ¡Llévenlo a la enfermería dentro de La Terminal, que Abigail lo revise! -Dijo Marcel, ambos obedecieron.

Dentro de La Terminal, Abigail lo revisó rápidamente y le dijo a Evelyn que le avise a John, hermano de Abigail, que cuando termine de asesinar a los muertos la ayude en la enfermería.

John era un hombre misterioso, portador de un gran sable, muy afilado. Sorprendió a Maggie y a todo su grupo cortándole la cabeza a varios muertos con menos de tres movimientos. Linda, por su parte, no había perdido el toque con su ballesta, también fue de las que más mató a los infectados.

Una vez que todos los muertos fueron acabados, el grupo pudo volver a los interiores de La Terminal. Allí Marcel les indicó donde podrían ubicarse cada uno de ellos y dónde podrían bañarse si así lo deseaban.

Billy habló con Linda en la huerta y le contó sobre el embarazo de Mary.

-Así que ahora le metes a las viejas, genial, una medalla más para el falso muñeco Ken. Primero una pelirroja, luego una latina y ahora una mayor, qué sigue? Ninguna mujer es suficiente para tí. ¿Sabes qué? No necesito tus explicaciones, sean felices que yo no voy a meter ahí mi nariz. -Dijo ella.

Al final del día, todos tenían sus camas y lugares asignados, al día siguiente se iban a discutir sus puestos. Billy había salido al patio a fumar y se topó con Abigail, con quien compartió su cigarrillo, pero ella prefirió seguir fumando su armado de marihuana. Él quiso probar mientras le contaba sus problemas con Linda.

-Esto no es como el cigarro, te hace sentir otras cosas...yo puedo hacerte sentir mejor también. -Dijo ella levantándose para ponerse frente a él. Instantáneamente comenzaron a besarse apasionadamente y él se aprovechó del estado de ella para insinuarle ciertas propuestas. Ella aceptó y comenzó a practicarle sexo oral. Ambos sentían la misma adrenalina del momento sin saber que Mary los estaba mirando por una pequeña ventana, comenzando a llorar y a golpearse el vientre.



EL FINAL DE TODO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora