UN AMOR INUSUAL

CAPITULO 1

Antes de empezar me gustaría aclarar que lo que está en cursiva son pensamientos.

Realmente Saiki no era capaz de definir en qué momento empezó a cambiar la opinión que tenía de Toritsuka, aunque es probable que haya iniciado desde la vez en que el médium lo ayudó a enfrentarse al psicópata de su hermano.

Por más que el psíquico intente negarlo, lo cierto es que a partir de ese día comenzó a prestarle más atención, lo mantenía bajo "vigilancia" con el pretexto de que no permitiría que atacara a alguna chica en cuanto lo descuidara. Sin importar que empezara a verlo con otros ojos, el chico seguía siendo un pervertido.

Claro que ésto no era más que una excusa, pero ¿para qué inventarla?, después de todo nadie era consciente de la supuesta vigilancia, ni siquiera Toritsuka. La respuesta es obvia, Saiki no era capaz de admitir su creciente interés por el médium.

Y es que en los últimos meses que han pasado juntos, lo ha sorprendido más de una vez. Por ejemplo, cuando ayudaron a que Hii dejara de tener tan mala suerte, ¡Toritsuka había aceptado incluso con la condición de que la dejaría en paz!... o aquella ocasión en que Saiki había perdido sus poderes y unos matones intentaron tirarle un librero encima, aunque fue Nendo quien lo salvó, Reita (junto a Hairo) fue a encargarse de los idiotas.

Sin duda el chico se estaba ganando a Saiki.

No pasó mucho tiempo para que los poderes del psíquico regresaran, y más por la amenaza inminente del meteorito que destruiría la tierra. Ahora, con sus poderes recuperados, seguiría buscando disfrutar de una vida tranquila en un nuevo año escolar, pero sabe que su deseo es casi imposible, pues por obra del destino (aunque tiene la teoría de que Dios lo odia) terminó con los mismos compañeros de siempre en la misma aula, pero sumando a otras personas molestas, entre ellas Toritsuka, y no solo eso, su asiento está justo a su lado.

Después de unos días en los que Saiki intentaba acostumbrarse a su nueva rutina, notó que el médium estaba actuando extraño; es decir, conversaba de la misma forma y salía con todos después de clases como siempre, el cambio estaba en sus pensamientos.

Cada vez que leía su mente, Reita estaba pensando en alguna obscenidad y aunque no era raro viniendo de él, los momentos en los que pensaba en cosas pervertidas no eran los más adecuados incluso tratándose de Toritsuka, ¿o acaso era normal pensar en cosas pervertidas incluso mientras estás dando una lectura a frente a la clase?

Pero todo empezó a tornarse más extraño cuando ya no solo pensaba en chicas, ahora también se encontraba recitando una y otra vez lo que parecían ser sutras. ¿Se estaba volviendo loco? ¿los monjes lo estaban presionando?, no podía encontrar una respuesta para justificar los pensamientos del chico. Tampoco es como si pudiera preguntarle, ¿cómo le explicas a alguien que has estado leyendo su mente y notaste que no se encuentra bien?; además, se niega a demostrar preocupación por él.

Esta situación duró una semana, cuando Saiki estaba a punto de intervenir y hablar con Reita, éste se le adelantó.

— Saiki, ¿podemos hablar? — El rostro de Toritsuka se encontraba algo pálido y se le veía un tanto nervioso, a Kusuo le pareció extraño, pero terminó asintiendo, quería saber lo que estaba pasando con el chico.

— Pero debes prometerme que no leerás mi mente hasta después de que hablemos. — Ahora lucía incluso más nervioso, pero mantenía la mirada fija en los ojos del contrario. Saiki volvió a asentir, no era un hombre de muchas palabras. — Vayamos a mi casa.

El camino a la casa del psíquico fue silencioso, cada uno se encontraba sumergido en sus propios pensamientos; al llegar fueron recibidos por la mamá de Kusuo, fue muy amable y se notaba lo alegre que estaba porque su hijo había llegado con un amigo.