Nuevamente el sonido de aquel aparato molesto se hacía presente, SeungKwan vio la hora y maldijo a quien tocaba la puerta, se levantó de la cama colocándose sus pantuflas y se dirigió a la entrada de su hogar. Al abrir la puerta, suspiró molesto al ver a la hermosa chica de cabellos negros como la noche, largo hasta los hombros, delgada y de buenas proporciones, al darse cuenta que una maleta yacía en su mano, el chico frunce el ceño, dejándole pasar.
-Hansol Chwe- grita cerrando la puerta y camina hacia la habitación de su amigo. Golpea la puerta pero al no tener respuesta decide abrirla, de algo que se arrepentiría segundos después al encontrarse a su amigo masturbándose mientras veía un vídeo en su celular con sus auriculares. Salió rápidamente cerrando la puerta, sonrojándose por completo y se fue a la sala al mismo momento Vernon se sorprendió al ser interrumpido y salió colocándose su bóxer y un pantalón.
-¿Qué demonios SeungKwan? ¿Por qué no golpeaste la puerta antes?- recriminó molesto y avergonzado el menor siguiendo a su amigo.
-Lo hice idiota pero tenías los auriculares puesto- le respondió girándose para verlo cruzando sus brazos sobre su pecho –y antes de que digas una palabra más, mira el sofá- agregó sabiendo que Vernon podría decir algo inadecuado frente a la chica.
Vernon hizo lo que SeungKwan le había dicho, llevándose la grata sorpresa de ver a su novia sentada viéndolos atenta, cubriendo sus labios conteniendo una risita.
-Parecen un matrimonio, ¿se los han dicho? Me siento celosa- comenta divertida al ver que tenía la atención de ambos chicos.
-Si, muchas más veces de las que crees- responde Boo en un susurró y se volvió a su habitación.
Hacía un año, Vernon había superado a Megan y después de varios meses conoció a Sana, una nueva compañera del trabajo. En las primeras semanas de la chica se habían vuelto buenos amigos y con el paso del tiempo se convirtieron en pareja. Ese día Sana, se mudaría con ellos, ya que ambos querían estar juntos y Vernon sabía que si en la convivencia no veía nada malo la chica sería la adecuada.
Al enterarse de la mudanza, SeungKwan no pude negarse ya que no tenía argumentos válidos para hacerlo, Sana era buena, humilde, divertida, y hacia del menor una mejor persona, por lo que rápidamente había sido aceptada en el círculo de amigos de Vernon.
Las semanas pasaron, habían arreglado que entre los tres se dividirían los días y las tareas de la casa, pagarían los impuestos y el fin de semana la pareja se dedicaría a sus propias amistades, puesto que para Sana, sus amigas eran realmente importante y no quería ser la causa por la que Vernon se alejara de sus amigos.
Pero no todo iba bien, sin que nadie lo supiera en la habitación del mayor, las noches eran el único testigo de sus lágrimas, de su corazón roto. Aunque JeongHan y SeokMin intentaban que se olvidara de aquel rubio que jamás había notado el amor del mayor, al llegar a casa y verlo con la chica hacía que el dolor apareciera. Pero decidió hacerles caso a sus amigos, no podía seguir llorando por alguien quien ni siquiera sabía del dolor que le estaba causando, por eso esa noche tendría una cita y con ayuda de sus amigos estaba buscando un nuevo departamento.
Era sábado durante la tarde cuando sonó el timbre de la puerta, Vernon se levantó del sofá donde estaba viendo una película cómica con Sana y fue a abrir preguntándose quién sería a esa hora. Al abrir la puerta una chico de cuerpo ejercitado, cabellos azabaches y corto, con una amable sonrisa, vestido con un jean claro roto en las rodillas y un pulóver blanco con una camiseta debajo.
-¿Tú quién eres?- Vernon habló de manera ruda, sin quererlo y sin saber el motivo de aquello.
-Hola yo soy...
-Oh, BaekHo ya llegaste- la voz de SeungKwan se escuchó detrás de Vernon. El de grandes mejillas vestía con una camisa celeste y un jean negro apretado en su trasero –iré por mi billetera y nos vamos- le dice al mayor de todos antes de darse media vuelta ignorando la devoradora mirada de ambos hombres.
-Tú debes ser Hansol, SeungKwan me habló de ti, soy Kang DongHo pero todos me llaman BaekHo- comenta con amabilidad el chico presentándose.
-Un gusto, SeungKwan no te ha mencionado ni una vez, lo siento- dice mirando al contrario.
-Hola, soy Sana, la novia de Hansol- se presenta la chica con una amable sonrisa mientras abrazaba a su novio por la espalda.
-Ya estoy, ¿vamos?- pregunta pasando por al lado de la pareja, notando la mirada amenazante de su mejor amigo –Ver...Hansol ¿todo bien?
-Si, si diviértete con tu amigo- responde observando a su amigo con una sonrisa falsa para luego irse a la sala con Sana.
Durante aquella tarde había disfrutando como hacía tiempo que no lo hacía, BaekHo era un chico divertido, amable, con quien SeungKwan se sentía realmente cómodo. Había ido al parque de diversiones, donde se subieron a varias atracciones, comieron varios dulces y el mayor había ganado un peluche en un juego de tiro al blanco que le regaló a Boo.
Al caer la noche, fueron a cenar a un restaurante donde ambos chicos se contaron cosas de sus vidas y anécdotas divertidas y vergonzosas. Cuando fue tiempo de regresar a casa, el mayor llevó a SeungKwan hasta la puerta, en la cual un chico rubio de ojos avellana los estaba esperando sentado en los escalones de la entrada.
- ¿Qué haces allí?- pregunta SeungKwan al bajar del auto, confundido por la actitud de su amigo, quien tenía la mirada fija en su acompañante –creo que será mejor que te vayas- murmura apenado viendo al mayor –nos vemos mañana.
-Cualquier cosa me llamas- responde serio ante la mirada penetrante que recibía y deja un tierno y suave beso en la frente de SeungKwan- hasta mañana, bonito –se despide para así subirse a su auto e irse dejando a los dos amigos.
-Vernon, me puedes decir qué haces aquí afuera, por favor- pide el mayor de los dos acercándose a su amigo.
-Nada- responde levantándose –será mejor que entremos, mañana hay trabajo- dice dándose la vuelta y entrar a la casa dejando a un muy confundido SeungKwan parado afuera.
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Por favor, no... {VerKwan}
FanfictionLas lágrimas caían por las mejillas de SeungKwan, mientras conducía sin rumbo por la gran ciudad de Seúl. En la radio sonaban canciones de amor que sólo empeoraban su estado haciendo aún más incontenible su llanto. ...