Oliver era un de los muchos chicos que siempre se pasaban por la cafetería.
Era hijo de una familia bastante rica o por lo menos eso había oído decir toda mi vida a padre y madre. Sólo tenía un hermano a su lado con el que aun vivía bajo el techo de su tío. Cuando apenas tenía seis años su padre despareció y consigo se llevó a la otra mitad de la familia, su hermano mas pequeño de siete meses. No suelo fiarme mucho de estas historietas pues todo que conozco sobre él está basado en rumores. Y si en todo caso fuese esto verdad no parecía una persona triste y deprimida, cualidades que hubieras imaginado de una persona que ha sido abandonada por una figura de la familia tan importante.
Él era energético, vivo... Totalmente opuesto a su madre, que tras la desaparición de su marido cayó en una profunda tristeza. Tanto la afectó que no pudo soportar la idea de quedarse viuda por lo que a los pocos meses se casó con un tal Andrew Smith, un simple empresario rico. Poco tiempo después envió a sus dos hijos con su tío Tony para que pudiesen estudiar. Todos aquellos datos los había oído de los marujeos que las amigas de madre tenía por las tardes en casa.
Mientras esperaba a que se enfriara mi chocolate caliente agarré una de las muchas revistas para "mujeres" del montón a mi izquierda, en busca de algo que me entretuviese, hasta la hora de volver a casa.
- Buenos días- una voz me saludo sacándome de mi desinteresada búsqueda.
Sin a penas levantar la mirada del papel cogí mi cuchara y tomé un sorbo de la taza.
-Hola - dije sin ningún asombro de quién podría tratarse. Sabía exactamente quién era y qué quería.
Levanté la cabeza para encontrame con unos brillantes ojos llenos de curiosidad que me observaban.
Sin duda debía ser Oliver. Sí, por desgracia sí lo era.
- Sarah, ¿verdad?
-¿Sí?Oliver estaba de pie, levemente apoyado sobre el asiento de enfrente y de pronto sin preguntar se sentó. Tomo una cómoda postura y comenzó a organizar en su cabeza las siguientes palabras que saldrían de su boca.
-Este asiento está ocupado. - Le indique con el dedo índice.
- Ya lo sé, estoy yo.Le dirigí una mirada desafiante a la cual el respondió con una pícara sonrisa.
- Ya sabes quién viene así que te recomiendo que me digas lo que quieres y busques un nuevo asiento.
- Vale, vale, no hay porqué ponerse histérica.
- ¿Qué quieres?
- Le puedes decir a tu hermano, Lucas, que esta tarde vamos juntos con el grupo a... Bueno él ya sabe dónde.
- Ve a decirselo tú mismo, vives en la misma calle, dos casas más alejadas de la nuestra.Y con esto, seguí tomando pequeños sorbos de la taza de humeante chocolate hasta que estuvo en la temperatura perfecta para no quemarme la lengua como muchas otras veces me había sucedido. Volvió a reinar un silencio incomodo entre los dos asientos.
- ¿Quieres algo más?
- Voy a pedir un café.Le miré mientras se acercaba a la barra y tonteaba con la camarera. Este "mejor" amigo de mi hermano de toda la vida me irritaba y casualmente siempre que quería algo me lo pedía a mí. Como era la mas pequeña tendría mayor influencia sobre los demás, o eso pensaba Oliver. La verdad es que con todo el ajetreo que se montaba en casa no les importaba si estaba en casa o no, mientras que llegase antes de comer para ayudar a madre, estaría fuera de problemas.
Volvió con su taza blanca, volvió a sentarse en el mismo lugar y mientras tomaba el primer sorbo se recostó en el asiento una vez más.
- Sabes que viene Ana ¿verdad? Como todos los días, a la misma hora.
Asintió con la cabeza y siguió bebiendo.
Creo que no me había entendido o por lo menos no quería.- Ya está aquí- La puerta se abrió y una ráfaga de frío recorrió mi cuerpo entero provocándome un escalofrío.
- ¿Te vas a mover?
- Voy a ir a tu casa asi que me conviene quedarme aquí e ir con vosotras así tengo compañía.Había vuelto a interrumpir mi rutina de todos los días. Ana y yo quedamos aquí por las mañanas para charlar antes de volver juntas a casa puesto que madre no me dejaba andar de vuelta a casa sin acompañante. Aunque esta vez tendríamos un intruso.
Ana tomó el asiento del pasillo mientras yo me recolocaba en el de la pared.
- Buenos días Sarah. Por cierto tengo que contarte...
La corte en ese mismo instante haciendo un gesto con la mirada para indicar la presencia de Oliver.
-Buenos días Oliver, no me había percatado de tu presencia.
Sin prestarla atención la saludó con la mano.
Ana tomó un largo sorbo de la taza de chocolate que la ofrecí. Cuando termino rápidamente se puso el abrigo y los guantes y cogió su cesta.- Por desgracia - le dije en bajo- hoy nos va a acompañar. Tiene que venir a casa para hablar con Lucas.
- Gracias chicas por dejarme acompañaros.- dijo agusto mientras se peinaba el pelo con la mano.
Le miré con desagrado y me levanté
- Podría haberse ido antes ¿no crees? Le pregunté a mi amiga.
¡¡¡Segudo capítulo!!! Siento no haber podido publicar el último finde intentaré daros otro capítulo ( ya tengo las ideas asiq no os preocupéis). Posiblemente publique cada dos findes o algo así.
~This girl~
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Tony Romas
Teen FictionDos personas enredadas en sus propios mundos y problemas.Un sitio que da lugar al choque entre los dos universos. Emociones que acaban arrastrando a ambos a la desesperación o a la euforia y un destino oculto.