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@Vi_moon🌙: with him 👥@Ar_the_best🏆 Le gusta a white_book📖 y 7,516 más Comentarios:
@Ar_diva🔥:aquí se huele el bardo a kilómetros
@Crazy_boy🔅: se ven lindos...
@princces_C✨: his heart: 💔 ↪️@pizza_Tam🍕: real
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ POV omnisciente La chica bajo el signo virgo se encontraba preparándose para su cita con el Ariano, no se había retocado demasiado, era una salida casual. La chica se encontraba en la sala esperando por el castaño. El timbre suena y ella sale disparada hacia la puerta , abre y se encuentran con un muy sonriente Aron.
— te ves maravillosa — fue lo primero que dijo él apenas la vió.
— Gracias — dice la chica con un leve sonrojo en sus pómulos , él le da un beso en la mejilla, como si se conociera de toda la vida, ha decir verdad ambos tenían mucho en común y apenas se empezaron a conocer hubo una gran conexión.
— ¿nos vamos? — pregunta con cierta gracia el chico a lo que ella asiente, la toma de la mano y la dirige a su auto.
— wow un corvette 1959, toda una reliquia, me encanta — dice Vienna maravillada por el auto y Aron maravillado por el simple hecho que tienen otra cosa en común; autos clásicos
— así que ¿no me vas a decir a dónde vamos?— pregunta la oji-azul con un destello en sus ojos tal cual como una niñita, tal acción provocó en el castaño una sensación de ternura.
— no, es una sorpresa que de seguro te encantará — responde el Aries mientras mantiene fija su mirada en la carretera— ponte esa venda, no quiero que hagas trampa — dice mientras señala una venda negra y le advierte, la chica virgo hace lo que le dice.
Después de varios minutos el auto se para, Aron se baja y la ayuda a bajar y le quita la venda. Viena al sentir sus grandes manos en su nuca le recorre un sentimiento de electricidad.
—¿un estacionamiento?— pregunta confundida, el castaño sonríe y niega con la cabeza mientras la agarra por los hombros y la voltea — UN PARQUE DE DIVERSIONES — una gran sonrisa aparece en el rostro de la chica y comienza a saltar como una niña— vamos entremos — jala del brazo del chico y corre hacia la entrada.
[...]
— ven subamos a este — Viena llevaba de un juego a otro al Aries que tan sólo se limitaba a seguirla y verla sonreír, para él lo más importante era ver su hermosa sonrisa.
— de acuerdo, pero después de este vamos a comer
— como digas, ven ya es nuestro turno — los dos se montan a la rueda de la fortuna ,una vez que eso comienza a andar los ojos Azules de la chica se posan en el paisaje mientras que los del chico, no se despegaban de el rostro de ella — sabes, antes yo le tenia pánico a las ruedas de la fortuna — dice la chica sin despegar al vista del paisaje
— ¿y qué o quién te hizo cambiar de parecer?
— mi abuela, ella fue la mujer más valiente que he conocido — sonríe nostálgicamente— por ella soy quien soy
— pues le tendría que agradecer, porque hoy en día tengo una persona maravillosa aquí a mi lado — Aron se acerca más a ella hasta quedar a sólo unos cuantos centímetros— y espero que esté a mi lado por muchos años más — ella quita la mirada del exterior y la posa en los labios del castaño, después en sus ojos, y así los dos van acortando la distancia ya queda hasta unir sus labios.
Se separan por falta de aire, pero en sus ojos se ve claramente el deseo que se tienen ambos. Para colmo de su suerte el juego se para, dando a entender que ha finalizado, los dos salen sin decir una palabra pero aún así sus manos se entrelazaron casi por inercia.
[...]
Al culminar su noche los dos se dirigían al estacionamiento, Viena con un oso de peluche en la mano y unas palomitas en la otra. El camino hasta la casa de la Virgo estuvo lleno de risas ante los recuerdos del parque
— Gracias — la voz sincera de la castaña se hizo presente antes de que el chico se girara hacia su carro — me la he pasado increíble contigo
— lo mismo digo, espero un día poder repetirlo — la chica se acerca dispuesta a darle un beso pero él la frena y le da un abrazo, ella se queda confundida mientras él mira hacia la ventana — ¿es normal que tu hermano y tu papá estén con unos binoculares asomados en la ventana?
Ella se voltea y gira los ojos
— no, ellos no son normales — él se ríe
— adiós — se despide y se va en su auto, ella se queda ahí parada en la entrada de su casa viendo con una sonrisa embobada cómo se va el auto de Aron; una vez lo pierde de vista se gira encontrándose con su padre y su hermano parados en la puerta con cara de pocos amigos
