❝1.59 de altura❞ ChangLix!♡°

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Su pequeña carita estaba decaída y sus ojitos tristes lo estaban aún más, aquel día que parecía soleado y precioso había dado un giro de 180° y ahora unas nubes grises decoraban el firmamento. Las nubes se habían llevado no solo el hermoso día soleado sino que también la alegría de Lee Felix, un hermoso omega. No es que no le gustarán los días lluviosos o nublados, todo lo contrario, el pequeño omega disfrutaba muchos los días donde el olor a tierra mojada inundaba las calles y el viento corría su propio camino.

Pero un día nublado, ese en especial, significaba que la hermosa salida planeada por su alfa se cancelaría. Ahora sus ojitos miraban por la ventana que daba a su patio en espera que las gotas de lluvia se mezclen con sus lágrimas.

-¿Que sucede cachorro? -Una voz gruesa lo había tomado por sorpresa y no pudo evitar un pequeño y tierno salto de susto. El alfa rió, con sus fuertes brazos en la cintura de su omega y su pecho pegado a la espalda del menor.- ¿Qué te tiene tan triste amor? -Volvío a preguntar cuando las feromonas se volvieron agrias y rodearon sus cuerpos volviendo el ambiente triste y melancólico.

-El día se puso feo, y las lluvias no van a tardar en venir. -Habló sereno y con tristeza.

-¿Y eso qué? A ti te encantan los días húmedos y lluviosos, bebé. -Recordó todas las veces que su omega lo arrastraba hasta el balcón solo para presenciar juntos las gotas de agua tanto como los buenos olores que las lluvias y tormentas traían con ella. Y sonrió, significaba que esos momentos con su bebé eran disfrutados.

-Lo sé, pero hoy íbamos a ir a la heladería juntos, pero si llueve no podemos. -Terminó de hablar con un puchero en sus labios, su cuerpo había dado una vuelta para esconderse en el pecho del alfa.

-¿Qué nos detiene? -Preguntó con gracia caminando hacia la puerta con un Lixie abrazado de su pecho.

-No lo sé, ¿Qué nos detiene? -El omega captó aquel detalle y ahora sonreía mientras seguía abrazado los pasos del alfa.

La rosada heladería no se encontraba a más de dos manzanas de su casa, el camino había sido pacífico y sus manos no se habían separado en ningún momento del trayecto. Y ahora la amable chica castaña les entregaba su helado de dos bochas a cada uno para desearles un buen fin de semana.

-Giee. -Canturreo Felix, pegando sus pechos y estiró sus piecitos en punta para intentar besar a su hombre.

Changbin solo rió al ver el esfuerzo de su chico para llegar a sus labios.

-Lixie bebé lindo. -Dijo bajando su cabeza para juntar sus labios en un tierno y dulce beso sabor fresa y chocolate.

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ᘡ(❪Espero les haya gustado, recuerden que esta historia no es originalmente mía, si no es adaptada.❫)ᘞ