Hace dos días una gran nave cayó del cielo encendida como una bola de fuego y dejando una estela de humo como si la hubieran derribado en pleno viaje. La nave se estrelló en una ciudad cercana que había sido abandonada y destruida hace tiempo, por suerte había conseguido legítimamente un vehículo con la suficiente energía como para llegar.
«desde aquí tendré que caminar»
Grandes edificios caídos e inclinados, reclamados por toda la vegetación que había crecido por alrededor y en las grietas del material, suelos y estructuras erosionadas y oxidadas a punto de colapsar. El fresco viento que indicaba que no faltaba mucho para que anochezca.
Entre los edificios y escombros se encontraba la parte frontal de la nave incrustada en la base de un edificio caído.
Se había partido en dos y la otra parte estaba en un gigantesco cráter hecho por el desmoronamiento del suelo en esa zona no muy lejos de donde estaba el frente.
Intenté analizar la parte que tenía más cerca primero.
«está hecho de aleaciones y no de vibranium no lleva el símbolo de ninguna nación y además parece de otra época»
Parecía una nave de carga, pero en realidad no era de ningún modelo que había visto antes.
-es demasiado grande para ser de defensa -dije para mí mismo con terquedad.
Todo dentro estaba quemado y destruido por el choque, pero había algo que me inquietaba. Esa cosa no había sido derribada, simplemente algo ocurrió dentro y calló.
«pasaron dos días, pero aún puede haber supervivientes»
Tomé mi hacha, salté y me deslicé rápidamente por una pendiente del cráter hacia una apertura en medio de la nave cerca del alerón.
Justo cuando estaba por entrar, logré ver a alguien ahí, justo en el borde. Estaba de espaldas a mí, con las manos en la cintura y bloqueaba completamente mi camino. Tenía demasiado impulso además de que no pude verlo hasta estar muy cerca.
-¡oye, muévete! -grité perdiendo el equilibrio.
Cuando se dio cuenta, se movió rápidamente hacia un costado, pero yo no pude frenar así que rodé, entré y seguí de largo chocándome de cara con la pared del interior.
-carajo -me quejé mientras intentaba pararme.
Frente a mi había una chica.
-quédate donde estas -amenazó apuntando con una espada
Era sin duda una katana forjada en las aldeas de elementalistas fuego. La tenue luz del exterior que entraba por los agujeros en la pared revelaba un brillo purpura en la hoja de la espada y una mirada seria y fija debajo de su capucha.
Aún sentía el golpe de la pared en la frente. Dejé el hacha y levanté las manos.
Durante los segundos que estuve indefenso, pudo haberme asesinado, pero no lo hizo.
Pude observar su flama interna. Era anaranjada, pero se tornaba púrpura.
Manteníamos una mirada fija y tenaz, listos los dos para cualquier movimiento.
Ella tenía puesto una capa color violeta oscuro que tapaba gran parte de su cara. Botas negras con detalles color amatista hasta las rodillas seguidas medias negras, un vestido corto gris oscuro con bordes morados que se ajustaba con un cinturón rojo donde se sostenía la funda de la katana.
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Los Portadores
AventuraEn un mundo totalmente hostil, devastado y en constante caos por una guerra que ya nadie recuerda un joven llamado Sora se encuentra con una chica y un objeto que pueden cambiar el destino del planeta. Guiados por una antigua profecía sobre los port...