3• Monstruo.

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Capitulo 3.

Pov. Elizabeth

Veo que mis manos están llenas de sangre y cuando miro al suelo; ahí esta él, el niño despedazado frente a mí.

¡¡Eres un monstruo, como pudiste haberlo matado era tan solo un niño!!!- me grita una mujer desde la multitud a la cual no le puedo ver la cara.

- Sí, deberías estar muerta- dice otra persona que no puedo distinguir.

- Deberías sufrir toda tu vida- dijo alguien más y yo solo observo mis manos llenas de sangre.

Miro a todos lados y las personas se van acercando cada vez más a mí.

- No esperen. Yo no hice nada, no por favor_ ¡¡¡ya basta!!!- Digo gritando lo ultimó y despierto sobresaltada, en el mismo rincón en el cual me quedé dormida anoche. Pase mis manos por mi cara y siento como mis mejillas están húmedas lo cual quiere decir que estuve llorando.

-(Dios otra vez esa pesadilla)- Me levanté del suelo.

Escucho que empiezan a quitar los seguros de la puerta lo que me asusta bastante, corro hasta atrás de la cama sin saber porque cada vez que alguien entra me oculto aquí. Me imagino que tiene que ser porque cuando es mamá la que baja no me golpea si estoy metida acá.

Escuché como una persona entró a la habitación así que asomé un poco la cabeza para saber quien es; veo a papá.

Mi peor pesadilla está hoy aquí.

- (Dios mio no, ¿por qué él?)

- (¿Ahora que hago?)- Me pregunté casi con las lágrimas en los ojos mientras me comía mis uñas.

- Sal de ahí no seas estúpida puedo ver tu cadena- Aclaró con autoridad sin dejarme otra opción más que salir.

Salgo lentamente en cuatro patas como si fuera un cachorro para después levantar la mirada con un profundo miedo. Lo vi ahí justo encima de mí, su expresión de odio y asco al mirarme me dan mucho miedo por lo que vuelvo a bajar la cabeza.

- Bien, hoy e venido a despedirme- Lo vuelvo a mirar algo confundida, él me sonríe así que trato de levantarme rápidamente porque sé a donde va con esa sonrisa.

Cuando voy a pararme el pisa una de mis manos haciendo que mis dedos casi se tuerzan provocando que un pequeño chillido de dolor salga de mi garganta.

Trato de quitar su pie de mi mano pero él sube el otro en mi otra mano apretando fuertemente hacia abajo, impidiendome poder quitarlo de encima de ellas.

- No, no, no, quédate justo así *Miró hacia la esquina sonriéndome* Al parecer ya no tienes nada de fuerza, tantos años sin sangre debió haberte matado (¿Sangre?) pero como eso no ha pasado y parece que no quiere pasar tendré que hacerlo yo mismo- Insinuó quitándose de encima mio y saliendo de la habitación, al poco rato vuelve con una bolsa en la mano la cual tiene escrito el nombre de (sangre).

- ¿Que rayos es eso?- Pregunté confundida y el me señala la cosa que jamás esperé volver a ver en mi vida entera.

- Siéntate en la silla del castigo- Ordenó enojado señalándola, eso hace que me asuste y niegue frenéticamente.

- No por favor, no quiero, por favor- Le supliqué casi a gritos pero el solo se ríe disfrutando el momento.

- Al fin has vuelto a suplicar ya se me hacía aburrido golpearte pero si así lo quieres- dice para tomarme del pelo, me sienta en la silla, ata mis manos y pies, sin dejarme escapatoria a ninguna parte que quiera ir aunque sé que en realidad no podría llegar muy lejos.

Eres mi salvación {©️}  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora