u n o.

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Era martes.

Los martes nunca fueron mis días.

Hasta aquel día que te vi...,

por primera vez.

Se veía perdida entre tanta gente.

Te acercaste a mí y me preguntaste dónde se encontraba tu salón de clases.

Me quedé anonadado mirándote.

Hermosa. Demasiada hermosa para mis ojos.

Después de unos segundos de trance,

te respondí casi sin aliento.

Contestaste con un gracias y

me dedicaste una preciosa sonrisa.

Y desde ese día, los martes han tenido un significado especial.

labios azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora