t r e i n t a.

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Seis largos meses han pasado desde que te fuiste.

Ya he tomado una decisión... Una decisión que cambiará mi vida.

He decidido dejarte ir, labios azules.

Me di cuenta que no vale la pena esperar que vuelvas, porque no volverás.

La vida no se puede detener por nada del mundo, ya que al final, todos superamos el dolor.

No vale la pena sentarme en la entrada de tu antigua casa a esperar que regreses, no vale la pena llamarte porque nunca contestarás mis llamadas, no vale la pena seguir llorando por las noches porque te has ido y no volverás.

Porque ya no te tengo.

Y no, no pienses que he dejado de amarte. Por supuesto que no.

Sigo sintiendo lo mismo por ti y mis sentimientos nunca cambiarán, tenlo por seguro.

Pero por mi bien es mejor que salga de esta pequeña depresión; estoy seguro de que no estarías feliz de verme triste y amargado. Siempre me dijiste que amabas mi sonrisa y que nunca permitiese que nadie me arrebatara mi felicidad.

Eso haré, mi querida labios azules, y sabes que soy de los que cumplen.

Sólo... Sólo quiero decirte lo mucho que te he extrañado y sólo quiero abrazarte fuerte una vez más y besarte por última vez para conservar el sabor de tus labios. Una última vez, no pido más.

Lo único que me queda son los recuerdos.

Recuerdos que nunca saldrán de mi cabeza. Juro que jamás te olvidaré.

Y recuerda una última cosa...

Nadie te amará como yo lo he hecho, ni siquiera tú misma te amas como yo te amo a ti.

Tú cambiaste mi vida, y

esta es mi despedida,

este es mi hasta pronto.

Adiós, mi amor.

Algún día nos volveremos a encontrar, el mundo es demasiado pequeño, mi amada labios azules.

labios azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora