Este va a ser un capitulo especial, tanto como para ustedes mis lectores, como para mí misma.
Hace un par de meses que me encontraba "bien", al menos mentalmente estaba lidiando bastante bien las cosas, pero hace un poco de tiempo he sentido que todo lo que he callado, se me ha venido encima como una montaña que pesa una tonelada más otra.
Por primera vez quiero plasmar y escribir abiertamente cuales son mis pensamientos y momentos en los que me siento totalmente perdida, momentos en los cuales en el transporte público me dan crisis de ansiedad y unas horribles ganas de llorar. Quiero decir desde ya que esto es lo que me ha pasado a mí, no sé si a otros, pero al menos desde mi punto de vista esto me suele ocurrir cuando las cosas que tengo planeadas desde ya, suelen verse modificadas o cambiadas de un momento a otro, demasiado bruto, demasiado rápido.
La mayoría de las veces pienso lo siguiente:
- ¿Quiénes sufrirían más si muero?
- ¿A cuántas personas realmente les importaría si me muero?
- ¿Cómo van a recordarme?
- ¿Se alegraron de conocerme?
- ¿Me quisieron como dijeron?
- ¿Será mejor que muera?
Llegué a una sola respuesta: Dejaré de dar problemas, dejaré de sentirme una molestia.
Cuando la noche llega a ese momento en que solo estas acostado en tu cama, estas abrigado pero de igual forma tienes frío, dónde solo estas mirando el techo pensando en todas las cosas que hiciste con gente que realmente amaste y quisiste con todo tu ser, pero que para ellas es más fácil soltarte a seguir, es decir, es comprensible, ellos tienen su vida, sus problemas, y quizá mis asuntos sean demasiado pesados, o molestos para ellos.
Es ahí donde llega mi mejor amiga, esa persona de la cual podré hablar muchas cosas y a la vez nada, esa persona que con solo mirarme sabe como me siento en realidad, esa persona que me ama y apoya por quién soy, con o sin mis cambios de ánimo, con o sin mi depresión. Sé que ella será una de las primeras y principales personas en sufrir por causa de mis acciones, en caso de que me mate.
Es ahí donde llega JP, este personaje que a lo largo de mis cortos 22 años, me ha acompañado, quizá más como un hermano en un principio que una pareja, pero que a los pocos años se volvió mi confidente y mi mayor apoyo. Quizá sienta mucha más presión que el resto de mis cercanos y amigos, porque él es la persona con la cuál planeo casarme, porque él es el hombre del que me enamoré sin darme cuenta. Quizá sea su torpeza, su falta de tacto, su mala forma de expresarse y su romanticismo el que me hizo enamorarme, sinceramente no puedo elegir una cosa en concreto.
Es ahí cuando entra mi familia, y sí, los coloco a todos juntos porque no pienso que unos sufrirán más que otros, no, siento que todos lo harán por igual. Caí en depresión principalmente por no sentirme lo suficiente para los estándares que mi madre me imponía, ya sea de mentalidad y de cuerpo. Ahora, siento que estoy peor a como estuve en ese tiempo. Mi hermano se está hundiendo en su propia critica y me aterra que se hunda tanto que luego no pueda sacarlo de ahí, me aterra pensar que un chico de solo 16 años se sienta tan mierda por las palabras que te dice tu madre, aunque él me diga que sabe que no es así, sé que el peso de las palabras constantes y duras, te hacen mierda la cabeza, te joden la vida, y te hunden. Mi padre, sinceramente hay tantas cosas de las cuales podría quejarme con él, pero lo principal que siempre me dolerá es que dice amarnos, pero no lo demuestra. Insisto diciendo que no se necesita dinero para hacer a las personas felices, sólo con escucharlas y hacerles saber que están ahí, que las amas y que son importantes, es suficiente para cambiar un día, una semana, una vida.
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Querido Mejor Amigo.
Novela JuvenilAlguna vez se han preguntado; ¿Cuántos amores tenemos en esta vida? ¿Elegiremos al correcto? ¿Y si esa persona que tanto hemos buscado se encuentra a nuestro lado, desde hace años, y nunca lo volteaste a ver porque lo viste como una locura? Bueno...