Soy el Monstruo Que Te Protegerá /Pausa Indefinida/

1°Arco; Conociéndonos// Capitulo 3: División de los Caídos y La Ciudad Oculta

Hola a todos soy yo de nuevo con un nuevo capitulo que espero les guste; no voy a tardar mucho hablando por el simple hecho de que no quiero v:

Pero de unas cosas;

Los derechos de autor sobre los personajes de High School DxD son de Ichibumi. Pero la historia que cuento es propia es decir mía.

El capitulo contiene algunos temas impropio para menores pero son leves, aun así te recomiendo no leer esta historia si eres menor de edad, agrego que los detalles explícitos o fuertes son leves no esperen mucho Gore o violencia sanguinaria... o por lo menos no en este cap.

Sin más les digo adiós y los dejo para que lean tranquilos.

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Vemos a un grupo de 5 personas caminando a una Vieja Iglesia en una pequeña colina al límite de las afueras de Kuoh y rodeada por un bosque, tres de ellos venían vestidos como sacerdotes con capuchas y los últimos dos de monjas con un tapado en sus cabezas.

-¿Era necesario el vestirnos como miembros de la Iglesia?—pregunto un molesto rubio mientras se arreglaba el cuello que le molestaba.

El que los guiaba solo señalo adelante mostrando que había dos sacerdotes adelante: estos estaban cuidando la entrada y los miraron algo curiosos, cuando estuvieron cerca uno de los que resguardaba la entrada del lugar se adelantó para detenerlos.

-¿Quiénes son ustedes?—pregunto pues no esperaban a refuerzos para una misión tan simple, además el que usaran capuchas y tapados los ponía un poco nerviosos.

Quien estaba al frente solo levanto la mirada su mirada fija causo un poco de incomodidad al verlo a los ojos.

-¡¿Quiénes son ustedes?!—pregunto alzando la voz mientras movía su mano hacia lo que parecía un pequeño mango en su cintura, el joven frente a esta persona noto ese movimiento y levanto la mano en señal de que parase, su altura hacia que tuviera más imponencia e hizo que el tipo se detuviera, su compañero se puso en alerta.

-Tranquilo; estamos buscando a Raynare-san—su voz calmada alivio ligeramente la tensión de sus compañeros pero no la de los dos Sacerdotes.

-Raynare-sama no dijo nada de que vendrían—la tensión se volvió más notoria en los "guardias" que estaban por sacar sus armas.

-Por qué no tenían derecho a saberlo idiotas—detrás de ellos se abrió la puerta dejando ver a una pelinegra con una blusa rosa y pollera corta de color negro de ojos violetas oscuros, los miraba con severidad a los dos al lado de la puerta, quienes se tensaron.

-¡Re...Raynare-sama!—dijo nervioso el otro, por su lado los 5 se callaron y miraban la interacción –No...no sabíamos que había llamado a algún refuerzo... pe...pero no creo que sean necesari...—se calló al sentir el filo de una lanza de luz en su cuello.

-¿Crees que tienes derecho a reclamarme algo?—pregunto mirando a los ojos al hombre frente a ella, el cual solo trago con cuidado y bajo el arma calmando un poco al sujeto que se alejó, mirando de nuevo los recién llegados –Entren, tenemos que hablar cuanto antes—con una seña les dijo a los Sacerdotes que dejaran vía libre.

Ya adentro de la Iglesia se toparon con alguien más en su interior; un sujeto con las vestimentas de sacerdote, cabello plateado, ojos rojos opacos. Estaba sentado en una cruz que estaba en el altar, parecía estar cantando algo por lo bajo, cuando los vio sonrió con un deje de locura que a muchos les pareció raro.