12- Encuentro inesperado

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—¡¿Qué es lo que pasa contigo Sabo?!- gritó furioso y lleno de lágrimas— ¡¿Por qué?!—chilló llegando al punto dónde su voz se quebraba por dentro y le era incapaz de salir.

—¡No hagas un escándalo por eso Luffy!— le dijo enojado el Rubio—¿Qué hay de malo en que se lo cuente a Pengüin?

—¡A Pengüin,Koala y a todos tus amigos del club y del trabajo!—volvió a elevar la voz— ¡Porque todos ellos me han llamado diciendo lo mismo!¡"Que cualquier cosa que necesite no estoy solo,puedes confiar en mí si necesitas en algo que no puedas"!— dijo agravando su tono de voz haciendo referencia a los compañeros de Sabo.— No puedo creer que lleves un día trabajando y ya me hayan llamado quince personas.

—¿Qué hay de malo? Luffy, ellos solo quieren ayudarte.— Preguntó confundido.

—¿Sabés que hay de malo?— lo fulminó con la mirada.—Que todos te tienen l6astima... Todos piensan que te has vuelto totalmente inútil. Todos creen que no eres capaz de nada...¿Tienes una puta idea de cómo se siente?—Habló secándose las lágrimas.—Me voy. Nos vemos en el almuerzo.— Tomó su mochila y se fue, dejando al rubio solo con un sentimiento no muy agradable.

— Ay Luffy...— suspiró y miró a una foto colgada en el living. Donde aparecían los tres hermanos en un día de campo— Oh Ace... Las cosas se están volviendo muy raras desde que te fuiste... Te extraño idiota...

                               • • •

El moreno corría por las veredas esquivando asombrosamente a las personas que caminaban tranquilas en una mañana un tanto nublada pero agradable. Ni muy cálido ni muy frío. Para su suerte,cuando estaba por llegar a su salón se chocó con una chica de cabellos rosas.

—¡Oye idiota!¡Ten cuidado por dónde caminas estup...¿Trafalgar?!— preguntó algo confundida.

—Hace tiempo que no escuchaba tus insultos Bonney-ya. —Dijo rascándose la zona donde se había golpeado.— Nos vemos luego, llego tarde y creo que tú también.

—Así es Trafalgar.—afirmó mirando su reloj-¡Nos vemos!—saludó mientras seguía corriendo por los pasillos.

     Las tres horas siguientes se habían pasado volando para el futuro médico. Simplemente le encantaba todo lo que veía y aprendía. La medicina era un tema muy amplio para estudiarlo una sola vez.

   Había llegado la hora del almuerzo,a él precisamente no le gustaba la comida que servían en la cafetería y casi siempre su hermana le  preparaba algo de comer y listo. Aunque nunca se preocupó por el tema de la comida y estudiar le quitaba el apetito. Está vez no era la excepción y al salir del salón no fue hacia el lado de la cafetería,si no que se dirigió hasta el patio. Un lugar para leer,comer o bromear con tus amigos.

Lo bueno del patio es que era amplio y en la hora del almuerzo es donde menos gente hay. Por eso él lo aprovechaba para leer.

  Pero para llegar al patio desde su salón. Debía bajar la escalera. Escalera que se encontraba obstruida por un chico tratando de molestar a otro.

—¿Quieres que te deje caer?¿Quieres que te deje caer?—repitió el castaño, riéndose más fuerte.

Iba a seguir de largo y optar por las escaleras de la cafetería,cuando una voz lo sacó de sus trances.

—¡P-por favor Drake!¡Detente!¡Detente!—dijo con la voz temblorosa con la que había llegado al establecimiento.

Se dió la vuelta a observar la situación, y para comprobar si la persona a la que acababa de escuchar era quien creía que era.

—Oh vamos...— rió.— ¿Cómo le vas a hacer ahora sin tus amigos y sin tus piernas eh?¡Te quiero ver entrar en acción!

—Déjalo.— se atrevió a interferir Law.
 
   Y eso solo causó una sonrisa en Drake.

—¿Alguien más escuchó eso? —preguntó riéndose a carcajadas.—El mismísimo Trafalgar interfiriendo en algo que no le interesa¿Hoy es el día opuesto o qué?

—Torao...— habló el menor en un hilo de voz.

—He dicho que lo dejes Drake.

Drake sonrió a más no poder y soltó la silla. Que rodó por las escaleras.

—Ups.

—¡Luffy!

                           • • •

  Quiso abrir los ojos,pero no podía. La luz era demasiado fuerte para sus ojos color negro como la mismísima noche. Todo su cuerpo dolía y su mente no era la excepción.

  Antes de abrir finalmente los ojos pensó en que era lo que había pasado. Recordó a Drake tratando de tirarlo por las escaleras y después a Law tratando de detenerlo pero sin éxito... Porque lo último que vió fueron las zapatillas de Zoro correr hacia él desde la puerta que daba al patio.

  Al fin abrió los ojos y observó todo a su alrededor. Era un lugar pequeño dónde una de sus paredes era la mayoría ventanas. La camilla era blanca y chiquita. Intentó seguir analizando la habitación pero el sonido de la puerta abriéndose lo hizo poner su atención en la cabellera de baja estatura color caramelo.

—¡Luffy!— dijo animado.—¿Cómo estás? Te diste un buen golpe en tu cabeza.

  Al oírlo se llevó su mano derecha por un poco encima de su frente.

— ... Aquí me duele...

— Claro que te duele si parece que te creció otra cabeza o algo, ahora quédate quieto—ordenó Chopper—¿Te duele otra cosa? Porque no se te ve que te haya pasado algo más que eso.

  Sentía un vacío en el pecho que hasta dolía y parecía que se lo devoraba por dentro. Pero ¿Cómo iba a decirle eso a su amigo? Era estúpido y seguramente no le creería.

—¿Luffy?—volvió a preguntar el castaño.

—¿¡Eh!? ¡Ah! ¡Si! ¡Digo! ¡No!—gritó alarmado.

—Entonces ¿Te encuentras bien?— volvió a preguntar.

— Oh sí Chopper. Estoy bien ¡Gracias! Shishishi- Dijo sentándose en la camilla de la universidad —¿Llamaron a Sabo?— preguntó.

— Oh. No, Law, que decía conocerte pidió que no lo llamaran—Habló viendo cómo Luffy trataba de sentarse en su silla para irse; ¿Te ayud...?!

—¡No!- se atrevió a responder rápidamente.—D-digo... No hace falta, gracias.

  Chopper se fue de la habitación y al rato salió él.

¿Qué le estaba pasando?¿Por qué Law lo trataba diferente? Un día se sentía imparable y al otro tenía ganas de tirarse de un décimo piso. Y se dió cuenta de algo:

  Que el ojigris lo trataba como una persona normal. Cómo en realidad todos deberían tratarle...

Y eso le agradaba.
 

Entre Tú Y Yo [Lawlu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora