mommy. jenlisa [+18]

𝑶.𝑶𝟐

Estoy cansada

Pensó Lisa al despertar por el sonido de un plato caer desde la planta baja de su casa. Miró la hora, era perfecta para ir a la universidad y huir de su madre, la cual entró azotando la puerta

—¡Ya deberías haberte largado!—. Gritó molesta

—Aún es temprano mamá...— Soltó asustada con la mirada baja

—Escucha bien mocosa.— La toma del pelo con fuerza.— Debes traer al menos 100 pesos a casa, ¡o dormiras en la calle como la basura que eres!—. Soltó bruscamente y salió de la habitación

Lisa se inundó en lágrimas, mientras callaba sus sollozos con mordidas a sus labios. Se ducho y después de vestirse salió sin dudarlo.

De nuevo necesito dinero

Dijo Lisa desesperada. Pero... ¿Y si no llegará a casa? ¿Sería mucho pedir un milagro?

"¡Señorita Lisa!"

Una voz conocida convocó su nombre. A sus espaldas, su amor secreto, mirándola desde su auto con una sonrisa que derretia a la inocente chica

—Profesora.— No había nadie como ella, que la ayudará a olvidar a su madre

—Vamos, te llevaré a la universidad. Sube.— Dijo

—Gracias

Subió sin pensarlo demasiado, quizá consecuencias. Era demasiado inocente, con tanta confianza a su profesora

¿Como desconfiar? ¡Imposible!

(...)

—Profesora, yo... quería entre...— La interrumpe

—Lo siento, no puedo recibirte.— Dijo fría

—¿Qué?

—Eres demasiado joven, como para ofrecerte...— Dijo mientras la analizaba delicadamente

—Yo me refería a un obsequio...— Se sonroja

—Quizá después, con mi trabajo no tengo tiempo

¿Demasido amable? ¿Cómo ser ruda?

La conciencia estaba matando a Lisa, mirar a su profesora era una obsesión. Querer que todos los días la llevará a casa y a la universidad, era un vicio. Era perfecta ante los ojos de cualquiera

"¿Lisa? ¿Si te juntarás con nosotras?"

¡Oh! Sí, claro

Eran demasiadas cosas en que pensar, podía ocuparse luego y a cualquier hora. Le parecía divertida la idea de hablar con otras chicas

Pero... ninguna es como la profesora Jennie

Era inevitable. Pensaba en ella todo el tiempo, pero este no era momento. Se dirigió al baño y al entrar se mojó un poco la cara para hallar a sus espaldas a la profesora Jennie. Mirándola con sus profundos ojos y que le erizaba la piel, esa mirada penetrante que la mataba

—¡Profesora!—. Dijo exaltada

—¿Te divierten tanto esas chicas?.— Preguntó fría

—Bueno, sí. Son mís...— La interrumpe

—Cuidado con sus acciones señorita Lisa.— Salió del baño dejando a Lisa con las palabras en la boca

¿Está celosa?

—¡Por Dios! No pienses eso Lisa, necesito trabajar