Prologo

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-Eres una macha-declaro el amigo de mi hermano, Bryan.

En ese momento, no digerí bien el titulo que me estaba dando, simplemente, me sentí orgullosa y digna de portar tal distinción porque en realidad era una macha: siempre usaba ropa holgada, no me arreglaba muy a menudo y hacia todo tipo de cosas que, preferiblemente, hacen los hombres, como jugar baseball, andar en skate, comer como cerdo, etc.

La mayor parte de mi vida la he dedicado al jugar baseball, es mi pasión... ¡Dios, A quien no le agrada sentir esa adrenalina y emoción que sientes al hacer un hound round o la alegría tan inmensa que sientes al ganar un partido!; sin embargo, me jure a mí misma que al llegar a la secundaria conseguiría un novio, pero nunca pensé que fuera tan complejo.

Después de 2 años y medio, ya no me sentía tan orgullosa de ser llamada macha, deseaba deshacerme de tan patético apodo.

-Oye, macha, baja a desayunar-vocifero mi hermano David, desde el primer piso de la casa.

Y bueno, mi hermano no ayudaba en nada.

-¡Te he dicho cientos de veces que dejes de llamarme macha!-le espete enfadada mientras bajaba a la cocina.

-Por favor, Taylor- dijo mi hermano Alex- Se te adapta tan bien, que es imposible no usarlo.

-¡Dios santo, mírame!-exclame- ¡Ya crecí, ya no soy una macha!

-A mí me parece que sigues igual-opino el cretino que tenía como hermano-Jamás olvidare el día en que a Bryan se le ocurrió llamarte macha, ¡es un genio!.

-Ahh si, así que soy una macha...- empecé a decir mientras bebía un poco de leche, luego la escupí toda en su camisa y agarre un huevo y lo estrelle en su cabeza

-¡Eres una lunática!- grito exaltado, mientras corría a su cuarto-No dejaras de ser macha nunca, ¡nunca! ¿Me oíste bien? ¡Nunca!

Desgraciado, pensé.

Debut LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora