Grito. El sudor corre por mi espalda y frente, mis manos tiemblan y mi respiración es pesada. Todo está borroso a mí alrededor, me duele la cabeza. ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? Sintiendo presión en mi pecho, coloco mi mano encima y siento mi corazón palpitar a través de mi piel. El miedo paraliza mi sangre y mi mente, alimentando la confusión que abruma mis pensamientos.
Puedo ver la luz, una puerta, ventanas... Miro hacia abajo, estoy en una cama, ¿q-qué? Es mi cama... Ese es mi armario, y la puerta de mi habitación, y mis ventanas.
Mi mente se aclara lentamente mientras paso una mano por mi cabello, sintiéndolo pegajoso y desordenado; cierro los ojos por un momento, pero me veo obligada a abrirlos nuevamente, por culpa de las imágenes que parpadean en mi mente cada vez que cierro los ojos. Mis dientes castañean no por frío, sino con miedo. Miro a mi alrededor, tratando de volverme a la realidad, tratando de hacer que todos los gritos desaparezcan, deseando que todo desaparezca.
Deseando no estar despertando de la misma manera que he estado despertando durante los últimos dos años...
Sola.
Recuerdo cuando soñaba. Cuando podía imaginarme volando, o en una tierra mística donde cualquier cosa podría ser posible. Pero ahora estoy atrapada en la misma pesadilla; con solo pequeñas diferencias todas las noches. Aunque no es una pesadilla; solo un recuerdo trágico que ronda mi sueño.
Entrecierro los ojos cuando la luz del sol proveniente de mis cortinas abiertas golpea mis ojos. Siempre es lo mismo. Me despierto gritando, sin nadie alrededor que me escuche; la luz del sol siempre es la que me trae de vuelta a la realidad; y siempre deseo que esto no sea cierto.
Pero así es.
Miro hacia afuera y veo el pequeño coche azul descansando al costado de la casa, y en el momento en que mi mirada cae sobre él, una punzada de dolor mental acaricia mis sienes. Ese coche estaba aparcado afuera de nuestro viejo departamento cuando... cuando todo sucedió.
Me tiembla todo el cuerpo, coloco los pies en el suelo y recupero el aliento. Es curioso cómo hasta el más mínimo detalle puede traer tantos recuerdos. Puede ser el sonido de una regla de metal cayendo al suelo, o el rugido de un motor que resuena demasiado fuerte, o un insignificante coche azul que está aparcado afuera, pero instantáneamente me lleva de vuelta a ese momento inolvidable.
Después de todo, no puedes ver a tu familia ser asesinada por un robot gigante todos los días.
[***]
Cierro la puerta detrás de mí y pongo las llaves dentro de mi chaqueta. Mientras bajo las pequeñas escaleras en la entrada de la casa, mi mente se llena de pensamientos silenciosos, algo de lo que, sinceramente, estoy acostumbrada. Mi mente nunca está en silencio, no importa lo que intente, siempre piensa. A veces ni siquiera puedo escuchar mis propios pensamientos, pero sé que están ahí; como un televisor encendido sin prestar atención al programa; sabes que está encendido, incluso puedes escuchar el ruido, pero no puedes entender ninguna palabra.
Me dirijo hacia el coche aparcado en la hierba, presionando el botón de las llaves para abrir las puertas. El olor a pinos bañados por la lluvia y césped fresco me llenan las fosas nasales, dándome un segundo de paz. Mirando hacia el cielo ahora despejado, respiro hondo, deseando poder fusionarme con el bosque y olvidarme de todo. Simplemente me quedo allí por un momento, con los ojos cerrados, la respiración tranquila.
Pero mi mente está de vuelta, volviéndome a la realidad, haciéndome mirar hacia el coche que tenía delante. No puedo evitar suspirar, acercándome al vehículo; pero antes de que pueda entrar, suena mi móvil, sorprendiéndome.
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Una simple humana | Transformers
FanficSi te dijeran que nada es lo que parece, ¿lo creerías? Antes de que todo esto sucediera, yo no lo habría hecho. Pero ahora estoy segura. Porque estoy atrapada en medio de todo. Tal vez es así como funciona una onda expansiva, tal vez fue el efecto m...